El significativo descenso de casos positivos de coronavirus en China ha sido motivo de celebración en la población. Tras superar los 60 mil infectados y ser el foco de la pandemia que tiene al mundo en vilo, el gigante asiático festejó el fin del pico del virus y el cierre de los hospitales especiales de emergencia por el COVID-19, según anunció un portavoz de la Comisión Nacional de Salud durante una rueda de prensa en Pekín.
Desde que comenzó la epidemia, 62.793 pacientes han sido dados de alta y se ha realizado seguimiento médico a más de 677.243 personas que han estado en contacto cercano con los infectados.
"Los casos nuevos siguen disminuyendo. Creemos que hemos superado el pico del actual brote epidémico, que ahora se mantiene en un nivel bajo. La atención médica debe ser la máxima prioridad pero no hay tregua, debemos intensificar los esfuerzos de prevención y control", dijo el portavoz, Mi Feng.
Una de las prioridades del gobierno de China ahora es protegerse contra la importación de contagios desde otros países tras los casos de la enfermedad detectados en otras partes del mundo.
El Ministerio de Salud chino anunció en su último informe que en las últimas 24 horas hubo solo ocho casos de nuevas infecciones por el COVID-19, la cifra más baja desde que se comenzaron a recopilar datos sobre la epidemia a mediados de enero.