Poco antes de presentar oficialmente la propuesta con la que el Gobierno nacional buscará reestructurar la deuda pública con los acreedores privados, el ministro de Economía, Martín Guzmán, salió a advertir que "estamos en una situación de emergencia global que requiere que todas las partes sean flexibles".
En una entrevista con la agencia Reuters, el funcionario nacional no descartó la posibilidad de extender el plazo que se autoimpuso la Casa Rosada para alcanzar un acuerdo, y que vence a fines de este mes, pero aclaró que será "sólo por unos días". "Si alguien piensa que vamos a patear la pelota de una manera que obligue a otra reestructuración más adelante, deberían pensarlo de nuevo, porque no vamos a hacer eso", advirtió Guzmán.
El titular de la cartera económica reiteró que en la Argentina “hay necesidad de un alivio sustancial” y se mostró abierto a discutir todas las alternativas de negociación viables que “maximicen la aceptación de los acreedores”.
"No aceptaremos nada que no sea sostenible. Seremos absolutamente firmes en eso", remarcó y ratificó que la postura del Gobierno de Alberto Fernández es la de evitar que el acuerdo exija mayor ajuste fiscal.
Seguido, el ministro manifestó que "claramente, Argentina no tiene capacidad para pagar los intereses durante los próximos años" y auguró que recién podrá alcanzar el equilibrio fiscal en 2022 o 2023.
Respecto a las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para devolver los alrededor de 44.000 millones de dólares, el titular de la cartera económica aclaró que un acuerdo con los acreedores privados es más urgente dado que es insostenible seguir pagando los vencimientos con reservas.
“Nos estamos quedando sin las reservas que el Tesoro puede utilizar para el servicio de la deuda. Por lo tanto, debemos resolver este problema rápidamente”, explicó Guzmán.