Un preso fue acusado de robarse un pebete en un juzgado y le abrieron una causa

El delito ocurrió durante una indagatoria, hace 25 años. El acusado tenía hambre y se comió el sandwich que era de uno de los empleados de la Institución.

Un preso fue acusado de robarse un pebete en un juzgado y le abrieron una causa
pebete

En 24 de mayo de 1994 sucedió un hecho que pasaría a la historia de la justicia como El "pebete federal". El emblemático episodio involucró al juez Galeano, que denunció a un detenido por robarse un sandwich de jamón y queso a un empleado del juzgado. La secretaría del juzgado llegó a incluir en su presentación el nombre de ocho testigos que vieron cómo el detenido se comía el famoso pebete.

El autor del hecho fue Gustavo Castelli, un detenido que esperaba ser indagado y se comió el pebete de Ricardo Durand. En su momento el acusado Castelli aseguró que había pedido permiso para comer el pebete al prosecretario del juzgado, Javier de Gamas, pero como no le contestó se lo comió.

Castelli tenía hambre.  Estaba preso porque no lo detectaban en varios domicilios; era acusado de robar unas computadoras del Senasa. Ese día la alcaldía estaba llena de arrestados y fue un largo día en el Palacio de justicia.

Finalmente, el exjuez Gustavo Literas desestimó la denuncia, que fue calificada como bochornosa por muchos integrantes, por "inexistencia del delito; guiado por el principio de razonabilidad" y envió la causa a la fiscalía, a cargo de Julio Castro. El magistrado leyó la denuncia y dictaminó que no había delito y envió su escrito al juzgado, con un sobrecito de mayonesa, contaron fuentes judiciales al medio Infobae que reconstruyó los hechos.

acta 1994
acta 1994

En su informe, Castro determinó con sarcasmo: "Párrafo aparte nos merece el celo puesto de manifiesto por el tribunal denunciante, en particular por la doctora Susana Spina, quien rápidamente en defensa del apetito de sus empleados y del especial de jamón y queso y seguramente temiendo que el suceso redundara en la buena administración de Justicia, puso en conocimiento del Sr. Juez el hecho, quien a su vez ordenó la pertinente elevación a la Oficina de Sorteos de la Excelente Cámara. Conductas que demuestran tal preocupación no pueden dejar de resaltarse”.

Según relató al mismo medio un funcionario, Castelli aprovechó su fugaz fama en la cárcel, al que comenzaron a llamar "Sanguchito", y se jactaba de haber sido el que le comió un pebete a un juez.

pebete
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