El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, sostuvo que "jamás" quiso ocupar la jefatura de Estado, pero que lo hizo como favor a su predecesor, Rafael Correa, del que ahora reniega por considerar a todo su entorno unos "sinvergüenzas" que intentan tapar las "fechorías" cometidas durante sus años en el poder.
"No le debo nada a nadie. Jamás quise ser presidente de la República", afirmó Moreno en una entrevista a la cadena alemana Deutsche Welle, en la que se refirió a la ola de protestas que vivió Ecuador tras el decreto que eliminaba el subsidio al combustible y que luego fue retirado.
Tras la crisis, Moreno terminó de marcar distancias con Correa, a quien acusó de orquestar un golpe de Estado con la ayuda del Gobierno venezolano. En su opinión, la movilización indígena fue "perversamente" manipulada por intereses políticos por "un grupo de correístas sinvergüenzas".
El actual presidente justificó los más de cinco años que pasó como "número dos" de Correa: "Cuando uno se da cuenta de cómo son las personas, definitivamente abandona la amistad".
Según reveló, fue cuando descubrió "las fechorías de esos sinvergüenzas" cuando se desmarcó de la "supuesta Revolución Ciudadana", como se conoce en Ecuador al planteamiento político del anterior Gobierno.
Moreno explicó que fue Correa quien le pidió expresamente ser presidente. "Fue a Suiza, donde yo estaba trabajando, a pedirme que fuese candidato", aseguró, aunque aclaró que desde el primer momento le dijo a su mentor que no seguiría la misma línea.
"Yo no voy a hacer un gobierno como el tuyo. Yo voy a dejar la confrontación. Yo voy a respetar los Derechos Humanos y la libertad de expresión", recordó Moreno que le dijo en ese entocnes a Correa.
El decreto de la polémica
El mandatario ecuatoriano admitió que los ciudadanos tienen derecho a protestar, pero reiteró su defensa del decreto que eliminaba los subsidios a los combustibles, pese a que la medida pudiese parecer "un poco dura".
El Gobierno, explicó, intentaba resolver un problema que "se viene arrastrando desde hace 20 años". Moreno subrayó que el decreto no tenía como fin primordial provocar una subida de precios, sino limitar la utilización "perversa" de las ayudas, para que no se viesen beneficiados los traficantes, los grandes propietarios o los grupos dedicados a la fabricación de droga.
El presidente describió como "un acto de humildad" la retirada del decreto y la apertura del diálogo, por entender que la situación era ya insostenible y "las posiciones se volvieron tirantes".
Sin embargo, volvió a sembrar la duda en torno a los verdaderos motivos de las movilizaciones, con la vista puesta tanto en Correa como en el Gobierno venezolano.
Moreno aseguró tener "bastantes pruebas" que avalan la pista venezolana, entre ellas un viaje reciente de Correa a Caracas y el incendio "específico" en la sede de la Contraloría, donde "se encontraban las pruebas de la gran corrupción 'correísta'".