Protector solar: cómo usarlo correctamente y evitar errores que dañan la piel, según los dermatólogos

Aplicarlo bien es clave para prevenir quemaduras, envejecimiento prematuro y cáncer de piel. Qué dicen los especialistas y por qué no alcanza solo con la crema.

Protector solar: cómo usarlo correctamente y evitar errores que dañan la piel, según los dermatólogos
Protector solar: cómo usarlo correctamente y evitar errores que dañan la piel, según los dermatólogos

Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, vuelve a instalarse una pregunta habitual: cómo usar correctamente el protector solar.

Aunque es una de las principales herramientas de prevención frente al daño que provoca la radiación ultravioleta, su uso inadecuado y la circulación de mitos en redes sociales reducen su efectividad y generan confusión.

Como es de esperar, las búsquedas respecto a cómo usarlo han crecido en los últimos días, a la par que aumentan las temperaturas. Así lo da cuenta la herramienta Trends, de Google, la cual indexa tendencias en el buscador más utilizado.

Búsquedas de protector solar en Google Trends
Búsquedas de protector solar en Google Trends

¿Qué causa el sol en la piel?

El daño solar es acumulativo. La exposición reiterada a los rayos UV produce, a largo plazo, envejecimiento prematuro de la piel, lesiones precancerosas y distintos tipos de cáncer cutáneo.

Por eso, dermatólogos y sociedades científicas coinciden en que el protector solar es un aliado indispensable, pero aclaran que no funciona como una barrera absoluta frente al sol.

Los especialistas remarcan que el objetivo del protector no es habilitar largas jornadas de exposición, sino reducir el impacto cuando no es posible evitar el sol. Usarlo bien implica conocer cuándo aplicarlo, en qué cantidad y cómo combinarlo con otros cuidados.

Cuándo y cómo aplicar el protector solar

La recomendación general es aplicar el protector solar entre 20 y 30 minutos antes de la exposición. Esto permite que el producto forme una película protectora adecuada sobre la piel. Además, debe reaplicarse cada dos horas, ya que con el paso del tiempo la protección disminuye.

También es necesario volver a colocarlo después de nadar, transpirar en exceso o secarse con toalla, incluso cuando el envase indique que es resistente al agua. Esa resistencia no es permanente y suele cubrir baños de entre 20 y 40 minutos.

En cuanto al tipo de producto, se aconseja elegir protectores de amplio espectro, que protejan tanto de los rayos UVB como UVA, y con un factor de protección solar mayor a 30. En personas de piel clara, con antecedentes de quemaduras o enfermedades de la piel, se recomiendan factores más altos.

El protector solar, un aliado indispensable en el verano.
El protector solar, un aliado indispensable en el verano.

La cantidad importa y suele ser insuficiente

Uno de los errores más frecuentes es usar menos cantidad de la necesaria. El FPS que figura en los envases se calcula en laboratorio con una aplicación generosa, que rara vez se replica en la vida cotidiana. En la práctica, la mayoría de las personas se aplica menos de la mitad de lo recomendado.

Esto hace que la protección real sea mucho menor a la esperada. Por eso, los dermatólogos insisten en cubrir bien todas las zonas expuestas, incluyendo orejas, cuello, empeines y labios, que suelen olvidarse.

Horarios, vitamina D y mitos frecuentes

El protector solar no reemplaza otras medidas de cuidado. Se recomienda evitar la exposición directa entre las 10 y las 16 horas, buscar sombra y usar ropa clara, sombreros y anteojos con filtro UV. El producto es un complemento, no un permiso para quedarse más tiempo al sol.

Otro mito extendido es que las cremas solares impiden la producción de vitamina D. Los especialistas explican que para sintetizar la cantidad necesaria alcanza con exposiciones breves y habituales, de 10 a 15 minutos, en brazos y piernas, sin necesidad de tomar sol de forma prolongada.

Tampoco existe evidencia científica que indique que los protectores solares sean cancerígenos o disruptores endocrinos en las concentraciones autorizadas. En la Argentina, estos productos están regulados por la ANMAT y cumplen estándares de seguridad.

Usar bien el protector solar, combinarlo con hábitos responsables y desconfiar de recetas mágicas es la mejor forma de cuidar la piel y disfrutar del verano sin riesgos innecesarios.

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