Épica es la palabra que Aurelio Sebastián Celada utiliza para describir su fiesta, en la cual festejará su cumpleaños número 100. Con un elegante traje y una sonrisa constante contó cuál es la clave para una vida plena y larga.
“Viva la vida, aquí no hay viejos, sólo nos llegó la tarde. Vení a disfrutar mis 100 años”, así dice la tarjeta de invitación que el hombre preparó. Con la facilidad en que se sienta y se levanta del sillón, pocas personas creerían cuál su edad.
Aurelio nació e 20 de marzo de 1922 en la localidad bonaerense de General Belgrano. Su familia, en ese tiempo, vivió entre el campo y la fábrica de jabón. Según detalló a Diario Río Negro, es el 5° hijo de 7 hermanos.
“¿Pusiste cuándo nací?”, le preguntó a su hija Beatriz, que respondió de forma positiva mientras lo ayudaba en la entrevista. “¿Y cuándo voy a morir?”, replicó. La mujer le respondió que no, sorpresivamente. “A los 103 años, ponele... De acá a tres años no vengan más”, agregó entre risas.
En 1942, cuando tenía 20 años, el bonaerense tomó un tren rumbo a Cipolletti, en la provincia de Río Negro. En aquel pueblo estaba su hermano, Simón, junto a otras 8 mil personas en total. Luego se fue poblando un poco más, hasta lo que contó el censo 2011, unos 112.887 habitantes.
“Hace 80 años que estoy en la Patagonia -comentó Aurelio -. Del año 45′ al 49′ viví en Trevelín”. En el Sur se desempeñó como capataz en distintos aserraderos. Para trasladarse a Chubut debía viajar en camiones de transporte.
Al regresar al pueblo rionegrino trabajó en McDonalds y Bradury Hnos. También pasó 6 años en YPF, específicamente en la sismográfica, el sector encargado de buscar petróleo.
En 1957 se conoció con su actual esposa “¡Bailando!”, según recordó. Su nombre es María Scianca. Ambos estuvieron en el evento realizado ese año en el Círculo Italiano.
“Nos casamos antes del año de conocernos y desde entonces hace 64 años que estamos juntos”, dijo Celada. El matrimonio ahora tiene una familia más numerosa: dos hijos, cuatro nietos y cinco bisnietos.
Cipollettazo, la “revolución” que Aurelio vivió en 1969
“Andaban todos cortando las calles, haciéndose los locos. ¡Era bravo, eh! No era fácil andar por las calles, no sabías que te podía pasar. Como Ucrania hoy, así, del día a la mañana se despelota todo”, recordó el bonaerense cuando vivía en la Patagonia y protagonizó el Cipollettazo en 1969.
Se trató de una pueblada que duró varios días durante el gobierno de Juan Carlos Onganía. Los cipoleños salieron a las calles en defensa del intendente Julio Dante Salto, a quien querían expulsar de su cargo.
“Acá andaban en las chatitas –serían los hijos de chacareros- arriba 4 o 5 personas con una escopeta cada uno. No sabías qué iba a pasar. Estaba el Ejército, era una revolución. Después todo pasó”, recordó.
Toda su vida fue pasar por distintas experiencias que nunca le borraron la sonrisa. Una de sus claves fue el buen humor, la alegría frente a cualquier adversidad. También los hábitos saludables.
Aurelio sabía que viviría tanto tiempo, y probablemente más. “Para eso me cuidé, no fumé, no tomé bebidas alcohólicas. ¡No tomé mate, no tomé café! Cuanto más me iba a cuidar”. Ahora planea festejar sus 100 años y después de eso... seguir viviendo.