Condenaron a Eduardo Valenzuela por haber asesinado a su ex esposa

El crimen de Parra se trató de un homicidio triplemente calificado. En cinco días dictarán la pena.

Condenaron a Eduardo Valenzuela por haber asesinado a su ex esposa
Valenzuela sería condenado a prisión perpetua\u002E

Un hombre fue declarado culpable de haber asesinado a golpes y puñaladas a su ex esposa, en octubre pasado en Cervantes. La víctima ya lo había denunciado por violencia de género y se le dictó una prohibición de acercamiento, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Eduardo Valenzuela (50), a quien el Tribunal de Juicio de General Roca consideró responsable del homicidio triplemente calificado de Patricia Parra (56), con quien convivió durante más de 24 años y tuvo cuatro hijos.

El Ministerio Público Fiscal (MPF) de Río Negro informó que en un fallo unánime, los jueces Fernando Sánchez Freytes, Natalia González y Oscar Gatti, resolvieron que el de Parra se trató de un homicidio calificado "por haber ocurrido en el marco de violencia de género", por haber existido "una relación de pareja" entre víctima y victimario, y por "ensañamiento".

A partir de esta declaración de culpabilidad, en un plazo de cinco días se fijará una audiencia de cesura para fijar el monto de la pena, aunque por la calificación del hecho la única opción es la de prisión perpetua.

Según el MPF, el fallo del tribunal coincidió con lo que había solicitado en su alegato del lunes pasado el fiscal Luciano Garrido, quien también le atribuyó a Valenzuela el concurso real con el delito de "desobediencia a una prohibición de acercamiento y amenazas agravadas con arma".

Por su parte, el defensor oficial, Eduardo Carrera, había solicitado que se declare la existencia de "circunstancias extraordinarias de atenuación" con el objetivo de llegar a una pena más leve que la perpetua.

Sin embargo, el juez Sánchez Freytes sostuvo que a través de "los testigos" y "la prueba documental", el tribunal "tuvo por acreditada la existencia histórica de los hechos, tal como lo formulara el Ministerio Público Fiscal" y que "se rechazan por improcedentes las circunstancias extraordinarias de atenuación planteadas por la defensa pública".

El femicidio ocurrió aproximadamente a las 12 del 10 de octubre de 2018, en una vivienda situada en la calle Jacobo Glanz, en el barrio Colonia Fátima de Cervantes, en el noroeste de la provincia de Río Negro, donde residía la víctima.

"En esas circunstancias el imputado dio muerte a la mujer. Y en ese momento se encontraba vigente una orden de prohibición de acercamiento y una exclusión del hogar, todo ello dispuesto por el Juzgado de Familia 11, de la que el hombre se encontraba debidamente notificado", sostuvo el fiscal.

"Durante el debate acreditamos que la muerte fue mediante la agresión física de golpes de puño y de un cuchillo que se encontraba en la casa, que le provocaron a la víctima un número importante de heridas contuso cortantes, hasta que el arma se rompió. Luego el hombre la arrastró hasta la puerta, fue a buscar a su vehículo otra arma blanca y volvió para continuar agrediéndola hasta matarla", describió Garrido.

De acuerdo a la fiscalía, luego de asesinar a Parra, Valenzuela amenazó a los vecinos de la víctima y se dirigió a bordo de su vehículo hasta su domicilio donde finalmente fue detenido.

"Cuando uno de los vecinos intentó detener al agresor, éste lo amenazó con el arma (...) otro testigo que intentó abrir el portón de ingreso a la vivienda, quiso ayudar a la víctima, pero no logró su cometido por el temor que le provocaron las palabras del imputado", indicó Garrido.

A su vez, los peritos hallaron manchas de sangre en la ropa y el auto del hombre, y en un cuchillo con una hoja de 30 centímetros de largo que le secuestraron.

Además, Garrido detalló que la víctima "hacía años que estaba viviendo violencia, agresiones verbales y físicas". En ese sentido, Parra había detallado en una de sus denuncias contra su ex esposo que éste tenía un arma de fuego.

Mientras que el defensor oficial señaló que Valenzuela era "una persona tranquila", que "trabajó toda su vida" y "no era un golpeador"; al tiempo que fundamentó las circunstancias extraordinarias de atenuación en que el hombre había sufrido una "angioplastia" y una "consecuente pérdida del trabajo".