Luego de que la noche del viernes se volviera una noche olvidable, ya que funcionarios provinciales clausuraron el local de Marcos Zar 656, la justicia declaró que no hubo incursión de delito. A propósito de esto, Santiago Fagundez habló en Radio Mitre Ushuaia y contó qué fue lo que pasó y cómo lo vivió.
Santiago, no solo es cabeza de familia, sino que es el dueño y jefe de las personas que trabajan con él en el local clausurado de manera arbitraria por personal de la Secretaría de Comercio y policía de la provincia. El procedimiento se llevó a cabo, porque los funcionarios, desconocían las medidas provinciales vigentes de acuerdo al DNU, en relación a habilitación y permanencia de personas en locales como restaurantes.
Vi luz y entré
Esa noche hubo una cena en las instalaciones pertenecientes a Fagundez y un patrullero que por ahí pasaba, vio luces y entró. Al ver que había gente y una mujer llevaba un vestido largo, presumieron que se estaba desarrollando un evento social particular y consideraron que se estaba incurriendo en delito, cosa que no era tan así. Fagundez tiene una amplia gama de habilitaciones para ejercer la actividad comercial y en este caso, no se estaba violando ninguna normativa, ya que se estaba ofreciendo una cena de tres pasos en su restaurante. “Como proveedores del Estado, tenemos habilitaciones definitivas”, comentó. Cabe destacar que el lugar cuenta con una superficie superior a los 600 m2, habilitado para 392 personas y por nuevo DNU, podía albergar a 117 personas. A la cena concurrieron 49 comensales, este número fue constatado por la policía.
Un momento increíble
Cuando ingresó el personal uniformado y personal identificado de la Sec. de Comercio, Fagundez no podía creer que le quisieran clausurar el local. Como buen empresario tiene todo en regla, en base a lo legal y como persona de riesgo, conoce bien las medidas para trabajar de manera segura y resguardar a sus clientes. Lo llamativo fue que, momentos antes, se había presentado personal de la Comisaría Segunda para dejar folletería y colocar fajas para la prevención del COVID 19. En ese procedimiento, se tomaron fotografías y se retiraron, quedando habilitado el lugar para hacer la actividad que se había informado con antelación, el día martes 11 de mayo. “Para ningún ser humano se lo deseo. Pasar miedo, despedirse de sus hijos, de su mujer embarazada, con total miedo, en ese momento, de que todo lo que pase no perjudique el embarazo”, dijo Santiago que, tiene su esposa en el cuarto mes de gestación.
Aunque Santiago no culpó a nadie, lo cierto es que se precipitaron en el procedimiento, ya que el local tenía todas las habilitaciones en regla y al parecer, el COE no tenía esos datos en sus registros, se desconoce por qué. Esto desembocó en perjuicios para todos, porque no solo fue la clausura del lugar, sino que provocó el malestar y amargura de los contratantes del servicio, la gente que asistió, la familia gastronómica que trabaja allí y en la situación que tuvo que vivir Fagundez esa noche. Los funcionarios irrumpieron a las 22:30 horas para hacer el procedimiento. La última persona pudo salir pasadas las 03:00 horas, de la madrugada del sábado.
Santiago fue apartado por la policía y esa situación la catalogó como “La peor de mi vida. Me comunicaron que, a partir de las 22:40 horas iba a ser detenido”. Se lo llevaron incomunicado y solo dejaron que lleve su DNI, aunque él no tiene tiroides y toma medicaciones. Fue trasladado toda la madrugada pasando por 3 comisarías y el hospital. Allí le hicieron test de sangre y de alcoholemia, entre otras cosas. Esa situación la cursó con mucho miedo a contagiarse, con el agravante de ser persona de riesgo y con la incertidumbre de qué iba a pasar con su esposa y el bebé en camino. También se fue pensando en sus hijos pequeños y en sus sobrinas a cargo, ya que recientemente falleció su hermano (padre de las niñas) y éste se hizo cargo de ellas.
Conocerás la verdad y la verdad te hará libre
Haciendo una analogía con lo escrito en el libro bíblico de Juan 8:32, cuando uno permanece en el buen camino, por más que sucedan cosas adversas y si uno camina conforme a lo legal, todo se libera. “Toda esta situación que pasé, hoy todavía no terminó, pero la justicia me dio la razón. Se desestimó la causa. No consideraron que se haya roto ningún protocolo, ni ningún DNU”, dijo. Agradeció a la justicia y a su abogada, aunque todavía queda la etapa del descargo, ya que hicieron que quede fuera de su lugar, varios elementos y mercaderías que, para hoy, ya se echaron a perder. “No tuve tiempo, porque no me explicaron nada. Lo único que me dijeron fue marche preso”, relató.
Difamación y ofensores amarillistas de la prensa local
A pesar de toda esta situación, “increíblemente”, hubo medios que replicaron el hecho de manera ofensiva, acusadora y amarillista. Hasta la foto de los contratantes del servicio publicaron, sin saber qué sucedió, bajo qué circunstancias y en perjuicio de sus puestos de trabajo, nombrando y exponiendo el buen nombre del lugar donde prestan servicios. Estos escracharon sin medida a dos personas que hoy, gracias a las investigaciones y a lo determinado por la justicia, son inocentes. Lamentablemente en Argentina tenemos difamadores seriales que, a cambio de una bolsa con monedas, se encargan de entregar a cualquiera y difundir informaciones falaces. Nada más lejos que lo enseñado en universidades e institutos de formación periodística.
“Lo que entiendo es que esto no le ayuda al gastronómico, no ayuda a la gente, no ayuda a nadie que está necesitado, porque esto le lleva miedo a la gente”, remarcó, pero lo que más le hizo ruido a Santiago y lo que más le preocupa, es lo que le deja a las generaciones, ya que su hijo de 7 años le dijo “Papi, no trabajes más porque te va a llevar la policía”. Desde su óptica, ve que los niños van aprendiendo a no trabajar y esperar una ayuda económica, mientras que se puede lograr un bienestar a fuerza de trabajo.
Lo que la situación le dejó
A raíz de este escenario, Fagundez reflexionó y comentó acerca de que le ayudó a ver cómo está la situación en el hospital, la clínica, el riesgo de contagio que corren los demás trabajadores, las fuerzas de seguridad, que también tienen familias. “Ojalá que todo esto haga que se cuide más a la policía, que se cuiden más a las instituciones, que se cuide al gastronómico. Hoy lo único que pedimos es poder trabajar, es tratar de vivir y tener una calidad de vida donde a uno no le falte nada”.
Para finalizar, Santiago volvió a gradecer a todos los intervinientes y resaltó el mensaje de la Fiscalía donde se declaró que “Lo mejor que uno puede hacer es que la gente pueda trabajar. Recomiendan que la gente pueda trabajar”. Agradeció a Dios que todo se haya resuelto en muy poco tiempo. “Somos todos creyentes. La verdad que estábamos, en poquito tiempo en las manos de Dios, se hizo justicia y estamos acá, felices de tener salud, de tener la familia y estar con mis hijos de nuevo”.