La pasión que mueve a los hinchas y que le generan sus colores, es única. Por eso cada gol es gritado con fuerza y vivido con mucha intensidad. Prueba de ello puede dar este fanático de Villa Dálmine, que sintió tener la clasificación asegurada con el gol de Ramiro López y su festejo fue totalmente descontrolado.
En ese momento, el Violeta estaba a cinco minutos de quedarse con el pasaje a semifinales del Reducido, ya que con ese tanto se imponía sobre el Santo por 3 a 2. Sin embargo, esa situación cambiaría en la última jugada, cuando San Martín consiguió el empate y por terminar mejor posicionado en el torneo, eliminó al elenco de Buenos Aires.