Una denuncia por robo con agravantes se presentó en la Subcomisaría 55 de Playa Serena en Bariloche, luego de que una mujer fuera víctima de un hombre que había conocido en la calle y que sería de Tandil. Según la denunciante, el sujeto se encontraba en situación de calle y su madre le ofreció un espacio para quedarse aunque, en vez de agradecer la hospitalidad, el asaltante robó una importante cantidad de dinero en dólares y dos pares de zapatillas.
Julieta Sirera, autora de la publicación en las redes sociales, explicó que el hecho ocurrió durante Semana Santa, cuando su madre conoció al hombre en la calle y lo llevó a su casa al asaltante que sería de la localidad bonaerense de Tandil.
La denunciante, quien trabaja para mantener a su familia, detalló que la familia no es rica y que la casa en la que vive es propiedad de su abuela. La pérdida de los 12 mil dólares que su hermano había ganado en un juicio por un accidente de tránsito significó un gran golpe económico para la familia, ya que tenían planes de construir una casa para ellos.
Julieta aseguró haberse movilizado para buscar al ladrón, consiguiendo su foto y el paradero de una de las zapatillas robadas. El delincuente se hacía llamar Luciano Sosa, pero su verdadero nombre es Hugo Luciano Almirón, que sería de Tandil y supuestamente se encuentra en Bariloche en una casa rodante.
“Mi mamá salió una noche y lo conoció en la calle, como no tenía donde quedarse, ella lo trajo a casa. Siempre albergamos a gente de la calle, artistas o viajeros. Este hombre vino a bañarse, dormir y comer algo caliente. Yo lo conocí al otro día, me pareció re buena onda y bueno se fue”, indicó la víctima, en diálogo con el diario El Cordillerano.
La denuncia fue presentada en la Subcomisaría 55 de Playa Serena, y se espera que las autoridades investiguen el caso para dar con el paradero del delincuente y recuperar los bienes robados. El hecho ha generado indignación en la comunidad y ha llamado la atención sobre la necesidad de tomar medidas para proteger a las personas en situación de calle, al mismo tiempo que se hace un llamado a la prudencia al momento de ofrecer ayuda a desconocidos.
“A los dos días mi hermano me dice que vaya a casa urgente. Resulta que estaba mi abuela que vio entrar a un chico con una rosca de pascua que venía a desayunar con mi mamá y como le dijo el nombre de mi mamá lo dejó pasar”, sentenció la víctima.