En la mañana de este viernes, los integrantes de la Asociación Centro de Jubilados del Barrio Talleres de General Pico no pudieron ingresar a la sede ubicada en la calle 11, entre 2 y la Plaza Pico, para una reunión, porque un dirigente de la Asociación Vecinal de Fomento de este barrio decidió cambiar las cerraduras del edificio, donde funcionan ambas instituciones.
La presidenta de la Asociación, Clelia Maza, le contó a La Reforma que entre la Comisión de Fomento y los jubilados “había firmada un acta acuerdo que venció su plazo y para renovar el vínculo nos están exigiendo el pago mensual de un alquiler de 30 mil pesos”.
“Nosotros queríamos reunirnos en la sede para analizar la situación pero al intentar ingresar al interior del edificio nos encontramos con que las cerraduras estaban cambiadas y quedamos en la vereda sin saber qué hacer”, explicó Maza.
“En el interior están todas las cosas nuestras, porque todo lo que se ha incorporado a este edificio de la Comisión lo conseguimos nosotros. Así que no entiendo porqué cambia las cerraduras, pensando que le íbamos a robar. Si todo lo hicimos nosotros”, manifestó la presidenta.
Ante los hechos consumados y teniendo en cuenta que adentro quedaron sus pertenencias, los jubilados decidieron hacer la denuncia en la Seccional Tercera de Policía, contra Rodolfo Mario Poblet, integrante de la Comisión al que sindican como el autor de este desalojo.
“Nosotros no podemos entrar pero él sí lo hace, y en el interior hay muchas cosas nuestras, hay mucha inversión hecha con el esfuerzo de abuelos y abuelas. Esperemos que no nos falte nada”, reclamó Maza.
La jubilada agregó, con indignación, que “él se acercó un día a la Asociación mostrándose colaborador, diciendo que nos iba ayudar y se hizo socio. Mirá como nos ayudó. La historia de esta Comisión la conocemos ya que quedó abandonada, pasándola a los jubilados, donde hubo un compromiso de hacer mejoras, algo que se hizo siempre”, detalló.
“Hace 20 años que estamos acá -enfatizó- tiempo en que se arregló el techo, las paredes, se hicieron los baños, se incorporaron todos los servicios, que no había nada. También se pusieron rejas, parrilla y muchos artefactos que se colocaron. Todo eso lo hicieron los jubilados anteriores y los seguimos nosotros”, recordó.
“A su vez lo ayudamos a costear gastos para normalizar el funcionamiento de la Comisión de Fomento, y ahora que tiene todo nos paga con esta moneda, cambiándonos la cerradura, dejándonos afuera y pidiéndonos 30 mil pesos de alquiler. ¿Vos me decís cómo, en esta realidad que vivimos los abuelos, en pandemia, cómo vamos a hacer para pagar mensualmente ese dinero?”, preguntó.
La Asociación logró reunir en el lugar a más de un centenar de jubilados con distintas actividades, tales como reuniones, talleres, eventos sociales y clases de actividad física, que le han dado vida al Centro. Después de la paralización por la pandemia esperaban retomar este año, algo que evidentemente se ha complicado.