Otra vez la biblioteca y comedor comunitario de barrio San Francisco fue víctima de los vándalos, que aprovecharon la soledad de la noche para ingresar al lugar aunque para sorpresa de los propios vecinos no se llevaron nada.
Forzaron puertas y ventanas y violentaron todos los candados, pero los libros estaban intactos y no había indicios de que hubiesen querido sacar algo.
Sí la última vez se alzaron con la cocina, una garrafa y otros elementos de valor, que obligaron a suspender hasta la copa de leche. En el salón también se enseña catequesis los sábados, actividad que también podría verse alterada de no conseguir los fondos para la compra de cerrojos y cerraduras que permitan –al menos- retomar las actividades más próximas.
Según informó Flash 24, de la mano de obra se encargarían los mismos vecinos.