En enero pasado dos tragedias sacudieron a la ciudad. En principio la terrible inundación de La Emilia y días después el incendio de la Iglesia Catedral, un ícono arquitectónico y de gran valor patrimonial y sentimental para los nicoleños.
Tras una rápida investigación, se determinó que el responsable y único detenido por el hecho era Mauro Sosa, un hombre de frondoso prontuario que merodeaba siempre por la zona. Además, se sindicó como coautor a un menor de edad.
Pese a los vaivenes de la causa, en la que entiende el fiscal Julio Tanús, Sosa continúa detenido en la Unidad Penal Nº 3 a la espera de que sea elevado a juicio oral. A mitad de año se le había concedido la excarcelación, pero fue revocada.
La Cámara de Apelación y Garantía decidió hacer lugar al pedido de la Fiscalía y anuló de forma absoluta la medida dispuesta en su momento por el juez Anselmo González. A un año, todavía queda el dolor por la pérdida y la ilusión de justicia.