La localidad puntana de La Toma ha tomado la decisión de incorporar a su cartelera turística el castillo histórico de La Toma Vieja, ubicada a 3 kilómetros de la ciudad. Implica la restauración del edificio y la elaboración de un proyecto turístico modernizador.
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La propuesta es una buena iniciativa para la comunidad de La Toma, pero hay un pequeño detalle. Una familia, compuesta de adultos mayores, perderá su única casa y fuente de ingresos. Esto sucede porque su vivienda fue incluido en los terrenos a ser expropiados por el gobierno provincial para el proyecto turístico.
Se trata de la familia Fernández, formada por Carlos Fernández de 79 años, su esposa Nicolasa Bustos de 76, su hermana Celia de 83 y su hijo Carlos de 56. Es la quinta generación de Fernández que ha vivido en el terreno, siendo una de las familias fundadoras de La Toma.
Para conocer un poco más de la situación, desde Vía San Luis dialogamos con Jorge y Nancy Filiberti, amigos y colaboradores de la familia Fernández. Debido a su avanzada edad, ellos se han involucrado en el tema para ayudarlos a afrontarlo.
El reclamo de los Fernández
El pedido de la familia radica netamente en una mejor negociación para salvaguardar su bienestar. El convenio de cesión del predio establece que la familia recibirá $2,6 millones por los 10 mil metros cuadrados.
Además de que la familia no fue notificada como corresponde - se enteraron mediante un edicto publicado en un diario - la cifra ofrecida no les permite asegurarles una nueva vivienda y no es ni el 15% del valor del terreno. Tanto los costos para la construcción de una casa y la compra de una ya fabricada, están por encima del dinero que recibirían.
Si bien la familia fue parte de las negociaciones, inclusive tenían abogados para defender su situación. Ellos señalan que lo que se negoció fue distinto a lo que se acordó. “Con el tiempo descubrimos que los abogados no defendieron como tendrían que haberlo hecho”, detalló Jorge.
En el espacio, la familia también posee una granja, que se ha convertido en su fuente de ingresos. “Esto los deja inhabilitados para trabajar. La granja es su medio de vida”, explicó el amigo de los Fernández.
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Jorge a su vez explicó que la casa de los Fernández no es parte del castillo: “La casa verde tiene sus propios planos, está mensurada, separada de los planes de catastro. No forma parte de los planes del castillo. Aún así, no se oponen a entregar el terreno, pero se quedan sin casa”.
La historia del Castillo
El edificio, conocido popularmente como el Castillo de La Toma, tiene una antigüedad de 200 años. Fue levantada con la fundación de la ciudad. Era el casco de una estancia, sus propietarios eran la familia Fernández.
La familia Fernández ha sido una de las familias fundacionales de La Toma, siendo ellos propietarios de mucho del terreno de la localidad. Provenientes de España, la historia de la ciudad está envuelta por la historia de los Fernández.
Con el tiempo, las tierras pasaron de generación en generación. Algunas hectáreas fueron donadas a las autoridades municipales. Eso sucedió con el predio balneario de La Toma, terreno donado por el padre de Carlos Fernández.
Tanto el terreno como la casa ha quedado en posesión de la familia Fernández, el castillo quedando en manos de un familiar de Carlos. El castillo con el tiempo fue abandonado, por lo que los propietarios del edificio antiguo no tienen problema con la cesión. Pero no fue tomado en consideración como le afectaría a Carlos y su familia.
La situación actual
“Hay un inminente peligro que el desalojo suceda en los próximos días”, detalló Jorge. El señaló que la familia se tomó el tiempo y la inversión de modernizar la casa, instalando gas natural y todo lo necesario para ser una vivienda cómoda. Inclusive están todos los impuestos y papeles al día. Sin esta vivienda no tendrán donde ir.
Jorge contó que la familia está nerviosa por toda la situación y la comunidad de La Toma conmovida y expectante de lo que sucederá: “Las autoridades municipales no saben que hacer porque dependen del gobierno provincial”.
Por su parte, el colaborador de la familia señala que piden renegociar la cesión. “Proponen conversar desde la foja 0. No se oponen al progreso, pero quieren una mejor negociación”, concluyó Jorge.