Omar Lallana es profesor de portugués y teatro durante la tarde, pero por las mañanas y hace 19 años que se dedica a vender a café a los comerciantes y transeúntes del microcentro de la capital puntana.
El hombre tiene un gran carisma y es conocido por quienes circulan todas las mañanas sobre calle Colón, cerca del Paseo del Padre.
Para Omar la vida es una sorpresa y confesó que llegó a la provincia con un espectáculo de mimo, teatro y música bajo el lema "No a las drogas" (para poder trabajarlo en escuelas secundarias) y "allí conocí a mi señora, me casé y me quedé acá" le contó a El Chorrillero.
Lallana se despierta a las 4 de la mañana, calienta litros de agua, prepara café, matecocido, té, tortitas y sale a la calle cargado de termos y vasos descartables en su monociclo, transporte que no lo hace pasar desapercibido y ya es su marca registrada.
El hombre contó que hace casi 20 años la necesidad lo llevó a vender café, con el objetivo de brindarle a su familia todo lo necesario.
"Yo soy decidido, un día salimos por la avenida Lafinur. Entré a un supermercado, compré cuatro termos y bueno, le dije a mi señora que iba a vender café", recordó.
El profesor y vendedor de café cada día a las 6:30 se estaciona sobre calle Colón y espera la llegada de sus clientes: "Quisiera saber cuánta, pero toda la gente que pasa por acá me conoce. Hace 12 años tengo este carrito. Antes vendía en una moto que tenía un canasto atrás y adelante, allí ponía los termos", explicó.
Con frío o calor, Lallana sale a la calle cada mañana con una sonrisa y siempre está listo en el mismo lugar para recibir a sus clientes: hombre, mujeres, niños y personas mayores que le compran un café con dos tortitas. Otros también prefieren un té o matecocido. "El combo vale 40 pesos, es bastante accesible", reconoció ante el periodista del mencionado medio local.
Omar vive junto a su esposa y tres hijos en una vivienda ubicada en la primera rotonda. Es el sostén de la casa.
Luego de vender bebidas calientes por la mañana, como si fuera un superhéroe se cambia de traje: "Después de las 18 de la tarde me convierto en profesor de portugués y también de teatro".
Lallana tiene un grupo de alumnos a los que les enseña a hablar en portugués - idioma que aprendió luego de vivir muchos años en Brasil gracias al arte y teatro callejero-. Además es guía de viajes, de vez en cuando se sube a un colectivo y dirige su rumbo hacia ese país que alguna vez lo albergó y por el cual no pierde su amor.
"Lo que pasa es que yo siempre digo que la necesidad tiene cara de hereje y trato de integrarme con la gente que es divina que viene día a día a desayunar" reconoció Omar y sumó que para él es una de las puertas para "tener amigos, miles de amigos".
El hombre es tranquilo y siempre tiene una sonrisa, reveló que su secreto es "hacer las cosas siempre con amor".