Un día se cansó de las golpizas de su marido y abandonó el hogar para irse a vivir sola. Esa dura decisión le sirvió a Clara Buenanueva para retomar las riendas de su vida. Fue entonces que decidió volver a la escuela, ya que no sabía leer ni escribir.
"He sido mujer golpeada, por esto me separé y me fui a vivir sola. Fui a la Escuela Antonino Aberastain a terminar la primaria en la noche, ya que sólo sabía firmar. Con mucha paciencia logré terminar en cuatro años el primer ciclo", asegura Clara durante un homenaje que le realizó el Ministerio de Desarrollo Humano de San Juan y que fue publicado por SISanJuan.
La mujer, radicada en el departamento de Pocito, fue distinguida en el marco del programa de reconocimiento Historias de Superación. Con 61 años, tiene cuatro hijos y 20 nietos y padece una desviación de la columna que no le permite estar mucho tiempo de pie. Sin embargo se las arregla para fabricar dulces y mermeladas caseras, gracias a lo cual (junto a una pensión por discapacidad) puede sustentarse.
"Mi madre y mi padre me enseñaron a hacer dulces para vender cuando no tengo dinero. Esa es mi manera de vivir", agrega Clara, quien cuando su cuerpo se lo permite además realiza tareas como empleada doméstica en casas de familia. Inquieta, como se define, sus ganas de superarse no terminaron ahí, ya que comenzó a estudiar en la Escuela de Arte Industrial de Pocito, donde cursa cada noche.
La fe fue el pilar en el que se apoyó para seguir adelante. "Debemos agradecer a Dios por tener otro día. Nunca dejé de hacer cosas, cuando vi que podía salir adelante me di cuenta de que debía rehacer mi vida", aseguró Clara, quien dentro de sus posibilidades le gusta ser solidaria: "Me gusta ayudar a la gente, mientras pueda seguir adelante, me gusta colaborar con los que más lo necesitan", aseguró.