El crimen de Rubén Quiroga, el hombre que era buscado por cielo y tierra y apareció sin vida e incinerado, sigue conmocionando a la provincia de San Juan. Por el caso hay dos detenidos: una ex amante de la víctima, una mujer identificada como Glenda Návila Aciar, y la pareja de ella, Luis Montaño, un trabajador minero. Ambos se encuentran aprehendidos y si bien son los sospechosos principales, negaron tener algo que ver con la muerte del changarín iglesiano.
"Hemos presentado el viernes por la tarde la excarcelación de mi cliente. La carátula de la causa aún es averiguación de paradero y esperamos saber qué resuelve el juez Alonso. Cuando se presente a declaración indagatoria, mi cliente ha decidido hablar", dijo María Filomena Noriega, abogada defensora de Montaño, en diálogo con Estación Claridad.
Si bien en un principio se creyó que Quiroga se había perdido en su intento de llegar desde Iglesia a la ciudad de San Juan o había viajado a La Rioja, los pesquisas descubrieron que el caso se trataba de algo más que la desaparición de una persona. Fue entonces cuando empezaron a atar cabos respecto a su entorno. La declaración de la sospechosa, quien había dicho que no lo veía desde hace muchos años pero, que en realidad, lo había visto recientemente según unos mensajes que encontraron en su celular, dio un giro inesperado en la causa.
Según la Policía, Návila Aciar confesó todo en la comisaría e incriminó a su esposo, el empleado minero. Sin embargo ahora, según Noriega, el acusado está dispuesto a declarar y a contar que "quien mató al iglesiano fue la mujer". "Él niega rotundamente los hechos. Va a contar al juez simplemente lo que ha pasado, desestimando los hechos que fueron manifestado por el letrado de la actual pareja. Hay que ver cómo sostiene la imputación el fiscal y con qué pruebas, en caso de homicidio. Mi cliente afirma que su pareja, Glenda Aciar, es quien mató al señor Quiroga", agregó la profesional.
