Este martes se conoció extraoficialmente que Brenda Requena (24), la joven mamá que fue hallada descuartizada e incinerada en la provincia de San Juan, falleció asfixiada por estrangulamiento o sofocamiento. Esto descarta la primera versión que indicaba que la víctima había muerto a causa de un fuerte golpe en la cabeza. Ahora se espera la declaración ante el juez de Diego Álvarez, el esposo y principal sospechoso del brutal crimen.
Según indicaron fuentes calificadas a Tiempo de San Juan, Brenda podría haber muerto a través del ahorcamiento con las manos o con algún elemento que tapó las vías respiratorias. Esto por ahora no se sabe con exactitud debido al deterioro del cadáver. Esto también dificultó identificarlo, de hecho se tuvo que realizar un cotejo de ADN para confirmar que el cuerpo hallado mutilado, semienterrado y entre huesos de animales pertenecía a la mujer.
El femicidio de Brenda sigue conmocionando a toda una provincia. La chica desapareció el viernes 12 de julio después de mantener una fuerte discusión con su esposo. El hombre denunció que la mujer escapó al campo, según su versión, después de sorprenderla en un vehículo con otro sujeto. A la semana apareció el cuerpo que, a pesar de que no estaba comprobado científicamente, desde un principio se supo que se trataba de Requena.
La situación de Álvarez, quien ya estaba detenido por una agresión al supuesto amante de su esposa, se complicó con el testimonio de dos menores: dijeron que ese jueves que desapareció Brenda vieron a su marido quemando unas ruedas cuando ellos estaban cazando pájaros. Los chicos contaron que ese hombre los vio, que se les acercó para ofrecerles dinero a cambio de que no dijeran nada de lo que habían visto. Sin embargo, esta versión llegó a los oídos de la policía.
Álvarez continúa detenido en la Comisaría 18º y prevén que esta semana declare ante el juez de la causa, quien determinará su situación procesal. Sería inminente su traslado al Servicio Penitenciario de Chimbas.