En el predio de innumerables curvas (antes de llegar al Valle Encantado) que conducen a la Piedra de Molino, dos zorros se han vuelto atractivos para los turistas que circulan. Se trata de Tincho y Delia, la pareja de animalitos silvestres que posan para se fotografiados y no dudan en acercarse a aquellos que paran en la zona y deciden recorrer sus lugares geológicos.
Por su parte, Miriam, propietaria de un hostal en Molinos, contó que: “Para quienes nos trasladamos seguido hacia y desde Salta a los Valles es habitual verlos en la cuesta. Es una parejita de zorritos muy amigable, que están acostumbrados a la presencia de los humanos, ya que los turistas suelen ofrecerles pan o galletitas. Tincho es más extrovertido, va al frente. En tanto, Delia es como más tímida, pero lo acompaña”.
Esta parejita aparece de manera repentina. Son mansos y se muestran amigables, hasta incluso apoyan sus patas delanteras en las ventanillas de los autos de los turistas. Se encuentran a más de 3.300 msnm, lugar ideal para el zorro colorado, esta especie pertenecen a Tincho y Delia. Walter Chihan, médico veterinario, explicó que: “El zorro colorado es el más grande de los cánidos que habitan esa región. Viven en alturas por encima de los 2.500 msnm y pueden llegar a pesar unos 12 o 13kg. Por debajo de esas altitudes, es territorio del zorro gris, que es muy parecido”.
Esta pareja de zorros son animales astutos que se acercan a las personas y se muestran amigables. Por supuesto que se llevan regalos: sanguches de miga, tortillas, bollos y otras comidas que les dan los turistas. “Sí, son muy churitos, muy churitos, pero a mí me comieron diez gallinas hermosas y gorditas. Son pícaros, no hay que confiarse. Los zorros se caracterizan por eso, son muy astutos”, dijo el veterinario.
También contó que: “Sus correrías comienzan al atardecer y se extienden lo largo de toda la noche. Se los puede ver también temprano en la mañana. Tienen delimitado el territorio para alimentarse de huevos, aves, roedores, liebres y hasta de pequeñas ovejas o cabritos. O de las gallinas de algún ‘porfiao’. Mientras que sus crías, se ven amenazadas por las aves rapaces. El único predador de un zorro adulto es el puma y por supuesto el hombre”.
Luego agregó: “Antes no había muchos ejemplares en la zona, ya que los puesteros los perseguían para proteger sus animales. Pero ahora que quedan pocos finqueros, su número se ha multiplicado”.
Cabe destacar que los propietarios aconsejan a los turistas que se mantengan a una determinada distancia. Los conductores deben tener precaución a la hora de circular por el lugar. Un dato de color, es que la época de apareamiento de los zorros es agosto y septiembre, y pueden tener entre 3 y 5 cachorros.
