Frente al fuego desatado en Corrientes, varias provincias enviaron ayuda a la región. Entre ellas, algunos bomberos voluntarios de Salta también decidieron socorrer, pero al volver a sus pueblos los recibimientos no fueron los esperados.
Edgar Rojas y Franco Sosa, tras luchar contra el siniestro en la provincia gobernada por Gustavo Valdés, regresaron a su localidad: General Pizarro, en el Departamento Anta. Al llegar únicamente sus familiares les dieron la bienvenida con aplausos.
Rojas, ni bien bajó de la autobomba, corrió a abrazar a su madre primero y la imagen se viralizó y generó ternura en las redes sociales. El bombero luego saludó al resto de su familia que lo esperaba.
Fuego en Corrientes: todos los focos se encuentran controlados
Las lluvias que inundaron Corrientes en los últimos días ayudaron a los brigadistas y bomberos a controlar los focos de incendio que había en el territorio. Tras dos meses de combate y 934.238 hectáreas consumidas por las llamas (un 11% del territorio provincial) pudieron eliminar los frentes activos.
Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes, desde su cuenta de Twitter el martes 1 de marzo confirmó la noticia y aseguró que se sienten aliviados, pero que igualmente siguen controlando cómo avanza la situación.
Desde su cuenta redactó: ¡EXCELENTES noticias! Tras más de dos meses de sequía, volvió a llover en Corrientes y la provincia ya no cuenta con NINGÚN foco de incendio activo. Esto, sumado al trabajo de bomberos y brigadistas, genera alivio. Aun así, seguimos monitoreando la evolución de la situación”.
Bruno Lovinson, subdirector de Defensa Civil correntino, informó: “En principio la lluvia apagó focos que venían activos hace un montón de tiempo, lo sabemos por información de tierra, pero vamos a tener reconfirmación con imágenes satelitales”, luego aseguró que se esperan más precipitaciones que colaborarán con la desactivación de los focos de incendio.
Frente a este panorama más positivo, varios brigadistas y bomberos de distintos lugares que socorrían en Corrientes se replegaron y volvieron a sus hogares. Actualmente hay 400 personas combatiendo las llamas que quedan, pero -según Lovinson- en los momentos más difíciles contaban con 5.000 trabajadores.