Rodrigo Chavarría, el hombre de las mil caras, el Frank Abagnale salteño, fue detenido en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, donde se hacía pasar por médico cirujano del hospital Austral bajo el seudónimo de Rodrigo Emanuel Phiser Sokolowzky.
Según consigna La Voz de Salta, Chavarría, de 40 años fue apresado por personal de la comisaría 10 de Avellaneda luego de que su pareja, de 22, realizara una denuncia por violencia de género.
Al momento de su detención, hace dos semanas en una vivienda de Villa Barceló, una localidad pequeña del partido bonaerense de Avellaneda, el estafador salteño trató de desmentir el relato de golpes y maltrato de su novia. Como esta estrategia no tuvo éxito, Chavaría probó con el soborno, y dijo a los uniformados que podían solucionar el problema de “otra manera”, y les ofreció 100 mil pesos a cada uno.
El embaucador insistió con que el dinero no era un problema, ya que él era un prestigioso médico cirujano del hospital Austral -dijo que su nombre era Rodrigo Emanuel Phiser Sokolowzky-, donde ganaba sumas millonarias.
El Di Caprio salteño invitó a los oficiales a que lo acompañaran a su departamento de Puerto Madero, donde supuestamente guardaba la suma de un millón de pesos. Sin embargo, Chavarría debe estar perdiendo sus habilidades porque los policías no creyeron una palabra de su relato y lo llevaron a la comisaría, allí pudieron comprobar que el estafador contaba con un abultado prontuario.
Con tres condenas y dos veces declarado reincidente, todas por defraudación, Chavarría quedó acusado por los delitos de lesiones leves cometidas en el contexto de violencia de género, resistencia a la autoridad, dádivas y usurpación de títulos y honores.
Una carrera criminal
El nombre de Rodrigo Chavarría, hijo de una cuidacoches local, aparece en la prensa por primera vez en 2003 cuando, con apenas 15 años, denunció por violación al concejal salteño, Guillermo Capellán. Denuncia que acabó con la carrera del político capitalino. Luego Chavaría confesó que, por su actuación de víctima sexual, recibió dinero y otras ayudas económicas.
Chavarría continuó luego con su carrera de estafador en Salta; pero, cuando su maniobrar comenzó a complicarse, amplió su campo de acción Tucumán, Córdoba y Santa Fe, hasta que finalmente se instaló en Buenos Aires.
El embaucador fue refinando sus técnicas, empezó a cautivar hombres y mujeres para apropiarse de sus datos bancarios y así generar tarjetas de créditos, con las cuales luego hacía gastos por sumas importantes; también incursionó en el mundo de los disfraces, fue gendarme y fue médico.
La última caída de Chavarría de la que se tiene registro ocurrió en la localidad bonaerense de San Nicolás, donde fue acusado de hacerse pasar por gendarme y embaucar así a un vecino con una operación de compra de un camión, maniobra mediante la cual Chavarría se habría apoderado de una suma de un millón de pesos.
