En el marco de la nueva línea de investigación que tomó el caso del asesinato de Jimena Salas, ocurrido en la localidad salteña de Vaqueros en enero de 2017, se citó al viudo de la víctima, Nicolás Cajal, para que declare ante la Justicia.
El nuevo Procurador, Abel Cornejo, ya cambió dos veces el equipo de fiscales al mando de la investigación, siendo los actuales Ana Inés Salinas Odorisio y Gustavo Torres Rubelt, quienes persiguen esta nueva línea en la que, aparentemente, el viudo queda mal parado.
El abogado defensor de Cajal, Pedro Arancibia, sospecha que su cliente podría quedar detenido, según sus dichos en diálogo con El Tribuno, y apuntó contra Cornejo, a quien criticó duramente y anunció, denunciará ante la Justicia por abuso de poder.
"La verdad, en la audiencia puede pasar cualquier cosa y no me sorprendería que dispongan la detención de mi cliente", dijo el letrado.
"Lo de Jimena fue un hecho gravísimo y si los fiscales tienen pruebas de que Cajal tuvo algo que ver lo más lógico hubiera sido que lo detuvieran en el acto y no esperar cuarenta y ocho horas para indagarlo", destacó, haciendo referencia a que lo citaron el lunes para declarar el miércoles, y lo llamativo de este timing.
"Luego de la exposición mediática que está haciendo el jefe de los fiscales con este caso, a esta altura no me sorprende nada", manifestó Arancibia. El abogado sostiene que en la causa no hay ningún elemento que vincule a Cajal con el terrible crimen en el que asesinaron a su esposa de 40 puñaladas, y remarca que se trata de una pantalla mediático por parte del Procurador General.
Arancibia también aclaró que su defendido no se abstendrá de declarar: "Él no tiene nada que ocultar y por lo tanto va a ratificar todo lo que dijo todas las veces que lo llamaron a declarar", dijo, remarcando de Cajal está tranquilo y tiene la conciencia limpia. Según el abogado, lo único que preocupa al viudo es que por alguna "arbitrariedad o capricho" de Cornejo, sus hijas queden sin padre.
El Caso
Jimena Salas fue encontrada asesinada de 41 puñaladas en enero de 2017, en su casa de la localidad salteña de Vaqueros. Aparentemente, el asesino encerró a sus dos hijas pequeñas en el baño mientras ultimaba con saña a la mujer.
La línea de investigación original apuntaba contra una persona que habría ingresado a la vivienda de Salas con el pretexto de difundir una imagen de un caniche gris que estaría perdido.
La imagen de este perro es la última que la víctima sacó con su celular.