Tiene solo 12 años y se convirtió en la estudiante universitaria más joven de Rosario

Lara Ghione se convirtió en la estudiante terciaria más joven de Rosario y Buenos Aires. Diagnosticada con Alta Capacidad y TDAH, cursa simultáneamente sexto grado y una diplomatura en una universidad.

Tiene solo 12 años y se convirtió en la estudiante universitaria más joven de Rosario
Lara Ghione tiene 12 años y ya cursa una diplomatura en la UAI.

Lara Ghione es una niña de 12 años que acaba de ingresar al mundo terciario: se inscribió en una diplomatura de Community Management en la UAI, y así se convirtió en la estudiante terciaria más joven de Rosario (y también de Buenos Aires).

Mantiene al mismo tiempo el ritmo de su educación obligatoria: cursa actualmente sexto grado en una escuela de Funes. Una rara dualidad que refleja su extraordinaria capacidad intelectual y su vocación por aprender.

Lara fue diagnosticada, ya a los seis años, con Alta Capacidad. Además, se le identificó un TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). El diagnóstico fue clave para comprender su perfil y elaborar un acompañamiento educativo adecuado.

Lara Ghione tiene 12 años y ya cursa una diplomatura en la UAI.
Lara Ghione tiene 12 años y ya cursa una diplomatura en la UAI.

En una entrevista a Radio 2, la adolescente expresó: “Me gusta estar con mis amigos, el baile y el canto”, subrayando que su vida social y actividades recreativas siguen siendo importantes pese a su nivel de compromiso académico.

Su coeficiente intelectual ha sido medido en 132, un valor por encima del límite superior promedio, que suele ubicarse entre 70 y 130. Sobre esto dijo: “Desde jardín siempre me pareció fácil y aburrido”, una confesión franca que pone en perspectiva su necesidad de desafíos intelectuales.

Lara Ghione tiene 12 años y ya cursa una diplomatura en la UAI.
Lara Ghione tiene 12 años y ya cursa una diplomatura en la UAI.

Familiares y educadores remarcan sus primeros signos de ritmo acelerado. Su madre relató que ya de bebé Lara mostraba independencia notable: “A los tres meses ya estaba sentada, a los cinco gateaba y a los seis dijo ‘mamá’”, según recogió Infofunes.

Pese a su desarrollo acelerado, Lara destaca que tiene una vida social activa y fluida. Asegura: “Me adapto a todas las edades… tengo amiga de 4 años y otra de 15”, lo que denota su enorme capacidad de socialización y madurez emocional.

Además, Lara señala su gusto por el inglés —que define como “básico, para charlas”— y advierte que sabe algo de japonés. Practica vóley, disfruta del baile y la actuación, y aún no define qué profesión le gustaría ejercer: “No tengo idea… sigo el camino. Quise ser arquitecta y cantante… ahora hago lo que me gusta”, dijo con honestidad.

La decisión de darle este perfil académico a Lara fue cuidadosamente respaldada por su familia. Se eligió que siga en la escuela primaria y cursara la diplomatura, buscando equilibrio entre estímulo cognitivo y desarrollo emocional.