Frente al problema del narcotráfico en Rosario y la actividad de los jefes de organizaciones criminales que están presos, Aníbal Fernández señaló este lunes que “el Servicio Penitenciario no puede hacer magia” para resolver esa cuestión. Al respecto señaló que responsabilizar a los guardiacárceles es “cortar el hilo por lo más fino” ante la crisis que atraviesa la ciudad.
Tal como lo hizo hace dos meses, el ministro de Seguridad de la Nación remarcó que la violencia producto de la actividad de bandas delictivas afecta al 12 % del territorio local. Luego indicó que “falta muy poquito” para la puesta en marcha del nuevo destacamento móvil de Gendarmería como refuerzo de las medidas adoptadas desde octubre.
Fernández defendió el abordaje de la situación en Rosario a partir de que asumió su cargo actual. En este sentido, destacó: “Ya llevamos casi mil detenidos y allanamos varias cárceles nosotros, lo saben los fiscales”.
El ex jefe de Gabinete sostuvo que la crisis de seguridad ligada al avance del narcotráfico “no es de ayer” y acotó: “Esto tiene mucho tiempo”. Luego reconoció que la ciudad es una “zona muy conflictiva, con muchas complicaciones” a resolver.
En cuanto a la política del Ejecutivo nacional para frenar la violencia en Rosario, el funcionasrio aludió a la última reunión que encabezó el presidente Alberto Fernández con el gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin. “Tenemos la necesidad de crear nuevas prisiones para alojar a este tipo de gente”, enfatizó respecto de los temas abordados en marzo.
En una entrevista en TN, el ministro de Seguridad consideró que actualmente es “muy difícil” impedir que los delincuentes sigan operativos en la prisión para administrar la venta de droga. Al respecto, señaló que su actividad “mueve mucha plata” y “el contacto con el personal penitenciario es malo”. De inmediato, aclaró que los agentes en las cárceles “están actuando” y hacen “todo lo que pueden” para controlar.