El día después de haber puesto en duda el atentado a Cristina Kirchner en Buenos Aires, Amalia Granata pidió la liberación de Fernando Sabag Montiel, detenido por el ataque fallido contra la vicepresidenta de la Nación. “Suelten al perejil”, manifestó. La diputada provincial de Santa Fe rechazó este sábado el pedido para expulsarla de la Cámara baja y dijo que el episodio del jueves fue un “circo”.
“No me busquen porque voy a empezar a hablar de todos sus chanchurrios y sus amantes”, les advirtió la rosarina a quienes quieren removerla de su cargo. Luego añadió: “Voy a meterme también con sus familias, madre e hijos, con todos”.
Durante su participación como columnista en un programa de Radio Mitre, la periodista de 41 años contestó con dureza a la denuncia de que promueve un discurso de odio. “Se ve que mi papá me dio huevos que muchos de mis colegas no tienen”, afirmó.
Granata apuntó por igual contra referentes del oficialismo y de la oposición a nivel nacional. En este sentido se refirió a la posición de Cristina Kirchner y argumentó que “le siguen haciendo el juego que ella quiere para la reelección del año que viene, así mantiene sus fueros y puede seguir destruyendo este país”.
“Nos quieren callar y meter presos a los que no pensamos como ellos porque saben que en 2023 se les acaba el choreo”, dijo la diputada del bloque Somos Vida Unión Federal. Luego citó el artículo 51 de la Constitución provincial y sostuvo que ningún representante del Poder Legislativo “acusado, perseguido o molestado por las opiniones o los votos que emita en el ejercicio de sus funciones”.
Amalia Granata y los discursos de odio
Tanto en la radio porteña como en redes sociales, Amalia Granata rechazó las críticas que recibió por su postura frente al intento de asesinato de Cristina Kirchner. “¿Saben que es odio? Robarse la plata del pueblo y someter a la gente a la pobreza, la inseguridad, la inflación, falta de salud, desocupación ¡Eso sí que es violento!”, exclamó.
Desde el interbloque del Frente de Todos en la Cámara baja pidieron que se convoque a una sesión especial para analizar la expulsión de la rosarina. El viernes, la legisladora anticipó que pedirá disculpas si fue un atentado, pero la iniciativa del oficialismo en la provincia la llevó a disparar sin filtro contra el arco político al que pertenece desde fines de 2019.
El atentado a Cristina Kirchner no es el primer episodio en el que la periodista es señalada por impulsar discursos de odio. A principios de año cosechó críticas fuertes hacia su postura sobre los derechos de las personas trans y las políticas de género en Santa Fe.
En esta oportunidad, puso en duda el intento de magnicidio y aseveró que la agresión fallida fue sólo una “pantomima” con fines electorales. De esta manera pidió la liberación de Montiel, detenido en el lugar del hecho con el arma de fuego que pudo verse en diferentes videos grabados cuando la vicepresidenta de la Nación se acercó a saludar a manifestantes.