A menos de 48 horas del asesinato de un chico de 18 años en el barrio La Lagunita, la policía protagonizó sendos operativos en los que denunciaron resistencia de los vecinos al accionar de la fuerza en medio de la investigación sobre un presunto intento de vengar el homicidio.
De acuerdo a la versión del Ministerio de Seguridad provincial, una mujer advirtió al mediodía que había un grupo de personas armadas que quería hacer justicia por mano propia después de la muerte de Fernando Flores el sábado pasado. Cuando los uniformados fueron a buscar a los sospechosos, la banda escapó hacia una de las viviendas cercanas al cruce de calle 1818 y Rivero.
Al ingresar al domicilio, los uniformados advirtieron que uno de los acusados arrojó en una cama una bolsa en la que guardaban gran cantidad de municiones y dos armas de fuego. Así hallaron una pistola 9 milímetros y otra de calibre 32 junto con diferentes cargadores, entre los que se contaba uno con capacidad para 40 proyectiles.
En total los agentes recolectaron 57 proyectiles incluyendo balas de calibre 387, 38 largo, cartuchos 12/70, 380 y 40, además de una culata de madera de escopeta. Por la tenencia del arsenal arrestaron a Esteban F., de 22 años, y David E. (29), quienes estaban acompañados por un chico de 15 años identificado como Nahuel O..
A la hora de completar el procedimiento y trasladar a los detenidos a la Comisaría 32°, la policía también arrestó a Juan C., un hombre de 50 años señalado por entorpecer el operativo en zona sudoeste.
Poco después de este episodio, los uniformados regresaron al lugar ante una nueva denuncia contra otro joven de 28 años que había disparado con una carabina calibre 22 a bordo de una motocicleta de 110 cc.. Cuando trataron de interceptarlo, el sospechoso escapó a bordo del rodado y se metió en un pasillo cercano.
Fuentes de la cartera indicaron que el acusado siguió a pie después de descartar el arma larga, pero finalmente fue capturado antes de ingresar a una casilla. Durante la requisa los efectivos advirtieron que Darío F. también llevaba un cartucho entre sus ropas.
Nuevamente las fuerzas provinciales reportaron agresiones de los vecinos y señalaron que les arrojaron objetos contundentes mientras se retiraban, al punto de que uno de los piedrazos rompió la luneta del patrullero.