A más de una semana del escándalo porteño que generó la obra "Kidtianism" durante su presentación en la Feria de Arte Contemporáneo Argentina en el Hipódromo de Palermo, los autores de la cuestionada "Jesus cake" cuestionaron el "desamparo" al que fueron expuestos por sus colegas y dijeron que los políticos "se olvidaron de lo que significa vivir en democracia" y de la libertad de expresión".
"El 'Mundo del Arte' en nuestro país nos dio la espalda. Es un circuito sumamente cerrado, que se defiende, se apoya y se compra entre sí. No sabemos quiénes legislan u ostentan preponderancia en 'ese mundo' pero, sin dudas, deberían apoyar a todos los artistas, no sólo a sus 'allegados'", remarcaron a través de un comunicado Pool & Marianela.
Hace pocos días, Emiliano Paolini y Rita Marianela Perelli habían defendido su propuesta al recordar que había sido expuesta meses antes sin mayores consecuencias en Estados Unidos. Contra las críticas recibidas de parte de funcionarios nacionales y de la ciudad de Buenos Aires, replicaron: "A nuestro entender el arte no tiene por qué mostrar arrepentimiento. No está en su esencia. Tiene otros códigos.
Uno de los blancos del mensaje de los rosarinos fue el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, sobre quien plantearon que tanto él como "varios de sus funcionarios salieron a pedir disculpas y a expresar voluntad de reparación en torno a una performance artística ajena a ellos a partir de la demanda de la religión cristiana".
En cuanto a la postura de la comunidad católica, de la cual se presentan como parte, consideraron que "accionó como era de esperarse, a partir del poder que ostenta desde épocas remotas, condenando sin preguntar siquiera y defendiendo las sensibilidades de sus feligreses".
Los jóvenes opinaron que los ataques recibidos constituyen un episodio que "ni con León Ferrari sucedió" y recogieron el guante para pedir la "protección" de los artistas que trabajan con "iconografía religiosa en Argentina". Siguiendo la lógica de sus detractores, Pool & Marianela propusieron declarar ilegal toda expresión artística religiosa en cualquier espacio público nacional. "Nosotros no somos delincuentes ni hipócritas, somos artistas", concluyeron.