El crimen del sábado en el sur rosarino que reactivó la historia de "los comegatos"

Juan Carlos Pucheta, asesinado de un tiro en la espalda, integraba una familia que se hizo famosa cuando fue grabada haciendo un gato a la parilla. El caso estigmatizó a toda la ciudad.

El crimen del sábado en el sur rosarino que reactivó la historia de "los comegatos"
El crimen de Pucheta en la zona de Grandoli y pasaje Page, en la zona sur de Rosario\u002E (Archivo)

El crimen de Juan Carlos Pucheta, asesinado el sábado por la noche, se supone que en medio de una gresca en inmediaciones de pasaje Page y Grandoli en el extremo sur de Rosario, volvió a poner en relieve la historia que le dio nombre al clan que la víctima integraba "Los Comegatos".

Es que Pucheta vivía a muy pocas cuadras del sitio donde le dispararon por la espalda, y en inmediaciones de su casa, en Ayolas al 200 bis, hace 22 años su padre se hizo famoso cuando para exponer la situación de extrema pobreza que se vivía allí, contó a la prensa de Capital Federal que comían gatos.

El caso alcanzó enseguida relevancia nacional y terminó estigmatizando a toda la ciudad de Rosario. Luego, se comprobó que la nota periodística había sido armada y el enviado al Bajo Ayolas para reflejar la situación social en el lugar en realidad había ofrecido dinero para que los vecinos mataran a un animal y lo colocaran en una parrilla donde en realidad solía haber pescado, principal sustento de las familias carenciadas en la zona.

El caso mereció descargos del Gobierno municipal e incluso de las máximas autoridades nacionales. Tanto el entonces presidente Carlos menem, como su vice, Carlos Ruckauf, se encargaron de salir a esclarecer la situación.

Pucheta, el padre de la víctima del sábado, quedó muy vinculado a dicha historia y por eso el apodo de su familia. Si bien se ha sospechado sobre la participación del clan en diferente delitos, en rigor de verdad, la Justicia nunca pudo involucrar a sus en episodios policiales.

Cinco integrantes de esa familia fueron demorados en el mes de enero bajo sospecha de ser colaboradores del clan Funes a quienes les achacaban los crímenes de Sofía Barreto y Luis Tour, mientras cenaban en la vereda de Grandoli y Seguí.

Sobre las hipótesis en torno a la muerte de Pucheta, la de la gresca es la que suena más fuerte entre los vecinos, aunque el fiscal de Homicidios, Ademar Bianchini, no descartaba ninguna alternativa. Se aguardaba que el registro fílmico de un domo ubicado en Grandoli y Seguí pudiera arrojar más luz sobre lo sucedido