La última sesión de todo cuerpo legislativo suele ser caótica, porque se dejan para el final decenas de proyectos que nunca llegan a ser analizados en profundidad. Y algunos legisladores aprovechan para sancionar polémicas iniciativas.
Es lo que ocurrió en la maratónica última sesión de la Legislatura santafesina, que aprobó cerca de 50 proyectos. De ese total, el gobernador Miguel Lifschitz vetó 12 leyes, algunos de forma parcial y otros de forma total.
El mandatario analizó en profundidad lo aprobado y vetó la construcción de escuelas en Ricardone, Ramallo y departamento San Lorenzo.
La medida se adoptó a solicitud del Ministerio de Educación, que consideró que ante la baja cantidad de matrículas no eran necesarios dichos establecimientos.
También se vetó la emergencia hídrica, cambios en el Código de Faltas de Tránsito y en el Ruaga. En cambio no fue impugnada por Lifschitz la polémica ley que modifica el proceso para destituir fiscales y defensores.