"El primer culpable soy yo, quería ahorrar 30 minutos", aseguró Viktor Melnyk cuando repasó una de las historias más extrañas de la pandemia en Argentina. El ucraniano había sido detenido por circular dentro del baúl de un auto tras ingresar al país de manera ilegal para tratar de llegar a tiempo al parto de su hija en Rosario.
El europeo de 47 años habló después de quedar en libertad por orden de la Justicia Federal de Entre Ríos, aunque debe presentarse cada dos semanas ante las autoridades para seguir en esa condición. Negó su pertenencia a fuerzas armadas en el Viejo Continente, aunque admitió que hizo el servicio militar obligatorio en su país y luego integró un grupo que brindaba servicios de seguridad.
Melnyk contó que es empresario y le explicó a Rosario3 que representa a Mora Water System, una firma vinculada a la potabilización de agua. Se enamoró de una rosarina y viajaron juntos hasta que ella quedó embarazada y la declaración de la pandemia los encontró en Brasil. El mismo 11 de marzo ella viajó a Buenos Aires y su marido partió hacia Paraguay, pero después no pudo encontrar forma de que le permitieran ingresar a la Argentina debido a la emergencia sanitaria.
A medida que se flexibilizaron las medidas, Romina pudo dejar Capital Federal junto a su madre para regresar a la ciudad y esperar el día del parto. Mientras tanto, su esposo seguía varado en tierra guaraní y finalmente decidió arriesgarse a entrar de manera ilegal desde Encarnación. Allí compró whisky, cigarrillos, 6 kilos de carne, dos sacos de maíz y cuatro cajones de cerveza. Todo eso fue para agradecer la ayuda de los pescadores que lo llevaron y no quisieron aceptar dinero a cambio.
El ucraniano se tomó un taxi y después tuvo que hacer dedo. En medio del viaje, su pareja le mandó un mensaje para avisarle que había roto bolsa. Así aumentó su urgencia por motivos religiosos. Al respecto, acotó: "Soy cristiano ortodoxo, necesitaba casarme antes de que naciera mi hija".
El reencuentro se concretó ya cuando la familia se había agrandado. Melnyk viajó a Paraná para cumplir cuarentena preventiva luego de ser descubierto dentro del baúl del empresario santafesino que lo levantó en la ruta para darle una mano. Las dudas sobre su identidad y su paradero se sostuvieron en los primeros días porque su pasaporte había quedado dentro del auto, aunque su abogado Claudio Berón consiguió permiso para ir a buscarlo y resolver el conflicto.