Mientras el sistema público de salud entró en alerta amarilla por la baja disponibilidad de camas a raíz de la gran expansión del coronavirus, el privado en Rosario está un poco más holgado. Además, se logró bajar drásticamente el número de contagios en el personal, que sin embargo está muy agotado por llevar cinco meses y medio trabajando a destajo.
"La salud privada tiene en Rosario 440 camas críticas, de las cuales están ocupadas el 69%, y en camas generales tenemos un 40% de disponibilidad", manifestó Rodrigo Sánchez Almeyra, vicepresidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Rosario. A nivel público el porcentaje de ocupación es del 85% y 86% respectivamente.
"El futuro dependerá de la velocidad de replicación del virus y del requerimiento de áreas criticas, porque no todos los que tienen coronavirus necesitan internación, y muchos de los que son internados no llegan al área critica", explicó en diálogo con Radio 2.
Para el dirigente de sanatorios la situación todavía es controlable, al menos hasta que se llegue al 85% de ocupación. "Para evitar que el sistema colapse se pueden postergar más intervenciones por otras patologías y reconvertir camas generales en críticas", destacó, al tiempo que aclaró que en buena parte si hoy el sistema todavía soporta la gran demanda se debe a que mucha gente dejó de acudir al médico.
"Agosto habitualmente es un mes con altísimo uso médico, pero ahora hay mucha gente aislada en sus lugar de origen, otra que no acude al sanatorio o a la que se le postergó una intervención", enumeró. El objetivo es resguardar camas habida cuenta que el internado por Covid-19 demanda entre 10 y 20 días, mientras que por cualquier otra patología la internación no supera los cuatro o cinco.
"Hoy estamos bien pero con una demanda incierta, porque no sabemos cuánto necesitaremos mañana", graficó Sánchez Almeyra. Una mejora que se dio en los últimos meses fue la reducción del personal médico contagiado por tratar a pacientes por coronavirus. "Antes estábamos en un 20% y ahora en un 6%. La gran mayoría de profesionales que se contagia lo hace fuera del sanatorio, en reuniones sociales. Sí lo que notamos es que están muy cansados por el tiempo que llevan trabajando", cerró.