Luego de quedar involucrado en una presunta maniobra de connivencia con una banda de delincuentes que salpicó primero a su colega Gustavo Ponce Asahad, el jefe de los fiscales de Rosario, Patricio Serjal, presentó su dimisión al cargo en una carta que fue girada a su superior, Jorge Baclini.
En la misiva Serjal niega complicidad con una red dedicada a la extorsión y al juego clandestino a través de la cual se sospecha que filtraban información reservada del Ministerio Público de la Acusación (MPA). Baclini debe girar ahora dicho planteo de alejamiento al gobernador Omar Perotti, que en definitiva es quien debe avalar la renuncia.
"Soy ajeno a las cuestiones que se han ventilado y me he puesto a disposición de los investigadores para lo que los mismos requieran. Quiero dejar en claro que jamás he realizado actos que no se han ajustado a derecho durante mi función, hago referencia a mi actuación, desconociendo el modo en que han obrado otras personas y no siendo quién para juzgarlos", indica Serjal en un pasaje del mensaje que fue destinado al fiscal general.
"En virtud de las circunstancias, es necesaria una renovación en el rol de fiscal regional, ello dada la relevancia política institucional que tiene el rol", continúa el texto que se conoció en la tarde-noche del domingo después de un fin de semana de escándalo en el MPA a partir del allanamiento en el departamento de Ponce Asahad el día viernes.
A la carta de renuncia del fiscal regional Patricio Serjal se le sumó un planteo de la Asociación de Fiscales y Funcionarios del Ministerio Público de la Acusación en el que por un lado le piden a Serjal que también abandone su cargo como fiscal ordinario y dan a conocer un posicionamiento claro a favor de la depuración de la institución dirigido a la Comisión Bicameral de Acuerdos de la Legislatura provincial que debe resolver el futuro de las autoridades de la Fiscalía.
