Este martes a la noche, Jorge Ramón Reynoso murió baleado en la zona donde cuidaba coches. En paralelo con esa tarea, había protagonizado una inusual denuncia por robo en una farmacia cercana. La Justicia le había dictado prisión preventiva por llevarse pañales y leche maternizada dos meses atrás pero lo liberaron tras constatar que no había ingresado armado.
Contra los antecedentes penales que tenía previo a su arresto el 15 de septiembre en Avellaneda y Córdoba, la defensa argumentó por entonces que el "Tucumano" frecuentaba el comercio y le había pedido la mercadería al dueño, pero las empleadas no le creyeron. En diálogo con Radio 2, el abogado César Ceragioli recordó entonces que "no hubo violencia" por parte de su cliente y que al salir le dio los productos a su esposa, con quien tenía tres hijos.
Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) ratificaron que el autor del disparo que hirió en la cabeza al muchacho no había sido identificado inicialmente. Entre otras cuestiones, el fiscal Luis Schiappa Pietra busca corroborar la hipótesis de una discusión previa a la ejecución en la esquina del bulevar y Santa Fe.
Reynoso había salido de la cárcel el 16 de octubre tras la revisión de la causa por robo calificado y daños. Actualmente no tenía pedido de captura y debía cumplir una serie de reglas de conducta. Aunque lo habían señalado por irrumpir en el local con un arma blanca, ninguno de los testimonios de las víctimas permitió confirmar esa acusación en su contra.
