Amargo Obrero el auténtico aperitivo del pueblo como decía una vieja publicidad fue declarado como bebida de patrimonio cultural por el Concejo.
Concebida por algunos como la bebida más peronista fue creada en Rosario por inmigrantes europeos.
Su inicio asociado a la clase obrera tuvo un resurgir en los últimos años que, a consideración de algunos expertos en coctelería, se debió a la versatilidad de este aperitivo de relativamente baja graduación alcohólica.
Esta historia y su arraigamiento en la ciudadanía llevó a los concejales a aprobar este jueves la ordenanza que lo declara como bebida de patrimonio cultural.
Como parte del proyecto el Ente Turístico Rosario (ETUR) deberá incluir en los programas y circuitos turísticos de la ciudad las diversas manifestaciones gastronómicas que se identifiquen con la historia de la bebida Amargo Obrero y sus costumbres.