El caso de Benjamín Biñale, el niño que recibió una bala perdida cuando se encontraba jugando al fútbol en el club Pablo VI, puso la lupa sobre una situación que no es nueva en la ciudad. En lo que va del año, el hospital de niño Víctor J. Vilela recibió 17 niños con heridas de arma de fuego.
La cifra resulta elevada teniendo en cuenta que es la misma cantidad registrada en todo 2018.
Desde la Secretaría de Salud Pública Municipal informaron que en 2017 fueron 23 los niños baleados que debieron ser atendidos, mientras que entre enero y agosto del 2019 hubo 17 casos, siete de los cuales fueron pacientes entre los 10 y 14 años, y otros cinco son menores entre los cinco y los nueve años.
El distrito con mayor incidencia de casos fue el oeste con siete casos, seis en el sur, des en el norte y uno en el sudoeste.
Entre los hechos que se contabilizaron este año no se encuentra el de Soledad Gómez, una adolescente de 14 años que murió al ser alcanzada por una de los disparos efectuado desde una moto. Se encontraba en Lima al 2700 cuando la bala le impactó en la espalda.