La provincia de Chaco es el tercer distrito del país con mayor cantidad de casos de coronavirus confirmados, luego de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. A 100 días del inicio de la cuarentena la provincia registra un total de 1.755 casos, entre los que se encuentran 970 casos recuperados, 691 casos activos y 94 fallecimientos.
Chaco es la primera provincia en haber implementado una cuarentena de manera estricta, incluso antes que se estableciera el aislamiento en todo el país dispuesto por el presidente Alberto Fernández el 20 de marzo. Aun así, no pudo frenar la circulación del COVID-19.
Gran cantidad de casos positivos se dieron en el sistema de salud, más específicamente en el personal del Hospital Perrando, el más importante de la provincia. En el mes de mayo los focos se trasladaron a los barrios populares y de comunidades indígenas, donde el Gran Toba de Resistencia fue uno de los más afectados.
El primer caso en el territorio nacional se dio el 3 de marzo y solo seis días después se dieron los dos primeros casos positivos en Resistencia. Fueron personas que viajaron a España, a los pocos días comenzaron a multiplicarse los contagios por contacto estrecho.
Medidas implementadas
El 15 de mayo en el Barrio Gran Toba de Resistencia se inició el operativo de seguridad preventiva a través de un "cordón sanitario", donde un grupo de agentes con uniformes especiales realizó recorridas preventivas a los efectos de resguardar la situación en el barrio y también controlar los accesos.
El 5 de junio pasado estuvieron en Chaco el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti. "Hemos diseñado una serie de cambios, de la mano del Ministerio de Salud de la Nación, dentro de ellos está la aplicación del plan Detectar en la provincia", indicó la funcionaria.
El criterio de clasificación de las fases en Chaco está determinado en base a casos activos, con circulación viral comunitaria o de contacto estrecho, y con alta densidad poblacional (más de 50 mil habitantes).
En Resistencia, Capitanich decretó volver a fase 1, el cierre de casi todas las actividades, salvo las consideradas esenciales como la provisión de combustibles para trabajadores esenciales -lo cual generó largas colas de automóviles-, alimentos y farmacias.