Después de que la Selección se consagró campeona mundial en Qatar, los jugadores y el director técnico vivieron unas semanas muy movidas en Argentina por la locura de la gente al querer conocerlos, darles un abrazo y sacarse una foto. Tres hermanos de Puerto Madryn no se quedaron atrás y viajaron a Capital Federal para ser parte de la caravana.
Los hermanos de Puerto Madryn no tenían nada planeado y de un día para otro decidieron viajar a Buenos Aires para ver a la Scaloneta en la caravana. El encuentro no salió como los jóvenes esperaban porque no llegaron a recibir a los jugadores, pero inesperadamente terminaron en la casa del director técnico.
La emoción de los hermanos de Puerto Madryn al conocer a Lionel Scaloni
Lucía Ullúa, una de las hermanas que viajó a Capital Federal, habló con Diario Jornada y contó que el lunes después de la final uno de sus hermanos “tiró en chiste la idea de ir a recibir a la Scaloneta a Buenos Aires”.
Cuando la madre de los jóvenes escuchó lo que dijo uno de sus hijos, los incentivó a que viajaran. “Lo que era en chiste pasó a ser una realidad”, expresó la chica. “Pedí los días en mi trabajo y a la noche arrancamos para Buenos Aires. Teníamos un mapita del recorrido que iba a hacer el colectivo de la Scaloneta, la idea era llegar a algún pueblo una hora antes y ver en qué punto estaban para llegar e ir corriendo al colectivo”, agregó.
Lamentablemente, los hermanos no llegaron a la caravana porque eran las 17 hs. “Algunos jugadores salieron en helicóptero y otros se fueron en autos. La gente gritaba ‘ahí va Lautaro Martínez’ o ‘ahí va el Dibu’”.
Aunque uno tenga ideas en mente, a veces las cosas no salen como uno quiere. “Los planes siempre salen diferente, cuando llegamos a Cañuelas la Scaloneta no se había movido del lugar y el único lugar cerca que nos quedaba era el Predio de la AFA en Ezeiza. No sabíamos qué hacer y nos animamos a meternos en una ruta que supuestamente estaba cortada, llegamos al predio y dejamos el auto. No importaba si nos robaban las cuatro ruedas”, enunció Lucía.
Esa noche, los jóvenes de Puerto Madryn siguieron viaje hacia Rosario con la ilusión de ver a Lionel Messi o Ángel Di María, pero tampoco sucedió. El viernes, cuando estaban planeando el regreso a casa, decidieron hacer un último intento para conocer a alguien de la Selección.
“Mi hermano vio una noticia que hablaba de que Scaloni estaba en Pujato, un pueblo que estaba a 20 minutos del lugar donde estaba mi familia. Salimos a las 8 de la mañana y nos arriesgamos, ya habíamos hecho el viaje pero nos faltaba verlos en carne propia”.
Así fue que los chicos pasaron por Pujato antes de volver a Madryn. “Llovía a cántaros. Es un pueblo chiquito, entramos a una panadería y una mujer nos dijo dónde quedaba la casa de Scaloni. Fue fácil encontrarla porque había un ritual de banderas y carteles. Como llovía y la idea era no molestarlo, nos quedamos en el ritual mojándonos y en un momento salió alguien de la casa y nos dijo ‘esperen ahí que se cambia y sale’. Era temprano y se estaba levantando”, relató la chica.
Unos minutos después, salió el director técnico de la Selección “lo más humilde” y les dijo a los hinchas que se acercaran porque se estaban mojando. “Lo abrazamos y lo felicitamos. Fue un momento de muchos nervios, nos firmó la camiseta y nos sacamos fotos”, recordó Ullúa.
“Justo estaba su papá que salía en silla de ruedas de la casa y miraba orgulloso cómo el hijo se sacaba fotos con la gente. Nos queda la frase de que hay que animarse porque si uno lo siente y lo piensa, las cosas se dan”, concluyó la fanática de la Scaloneta.