"Rosales no es un cenicero"

Es el lema que utilizó el bloque de concejales de Juntos por el Cambio. Presentaron un proyecto de ordenanza para que se implemente una campaña de concientización y difusión de la problemática que ocasionan las colillas de los cigarrillos

Colilleros en Punta Alta
Colilleros en Punta Alta

El bloque de concejales de Juntos por el Cambio presentó un proyecto de ordenanza con el lema "Rosales no es un cenicero", para que se implemente una campaña de concientización y difusión de la problemática que ocasiona, en la salud y en el medio ambiente, la contaminación provocada por las colillas de los cigarrillos.

Cabe mencionar que las concejales Liliana Taboada y Diana Durán trabajaron dicha propuesta en conjunto con el Municipio para coordinar, entre otras cuestiones, las campañas de concientización y la implementación de colilleros en la salida de los recintos públicos – recientemente se colocaron en los frentes de los edificios municipales de Rivadavia 584 y Murature 524, en el Teatro Colón y en la terminal de ómnibus de Punta Alta-.

“En enero, comenzamos a armar un proyecto, atendiendo a dos puntos centrales: por un lado, la prevención del consumo de tabaco delimitando espacios libres de humo en sitios públicos y, por el otro, minimizar el impacto ambiental que produce el desecho de colillas de cigarrillo con el fin de evitar incendios y contaminación del agua. Además, solicitamos la colocación de contenedores apropiados para filtros a la salida de recintos públicos e invitamos al resto de la comunidad a sumarse a esta iniciativa”, afirmó la Lic. Liliana Taboada.

El consumo de tabaco es considerado una problemática de salud pública. Según la Organización Mundial de la Salud, ocho millones de personas fallecen a causa de su consumo, pero pocos conocen el impacto negativo que causan en el medio ambiente las colillas.

Los filtros absorben los componentes tóxicos del cigarrillo y producen graves impactos ambientales por ser desechos químicos que provocan contaminación en el agua –una sola colilla contamina hasta 50 litros-, el suelo, la fauna, la flora lo que conlleva al deterioro del paisaje natural.

“Este proyecto de ordenanza alude a la contaminación ambiental producida por las colillas en las aguas continentales y oceánicas, el suelo, la fauna, la flora y el paisaje, además de intensificar el riesgo de incendios. Es necesario promover políticas de salud ambiental encaminadas no sólo al control de la contaminación, sino y muy especialmente, a su prevención, que es más relevante. Por ello se invita a otros actores sociales a utilizar los colilleros, se promueven campañas de concientización, y otras acciones a futuro relacionadas con este problema ambiental”, finalizó la Dra. Diana Durán.