Como en una comedia romántica: él se enamora, le escribe canciones, viaja a verla y no todo sale como esperaba. Es de Mar del Plata, pero se fue a vivir a Barcelona a perseguir un sueño: encontrar a su musa inspiradora y triunfar en la música. En una entrevista con Vía País, Smich nos cuenta su apasionante historia de amor, que parece sacada de película, y cómo eso lo hizo tan exitoso.
Santiago Smichowski tiene 32 años, vive en España y se dedica de lleno a lo que más le gusta: la música. Si bien tuvo que enfrentar muchos obstáculos, hoy está feliz con su carrera y cada vez llega a más personas con sus canciones. La historia detrás de ellas es asombrosa.
Los comienzos de Smich en el mundo del arte y su familia “polifuncional”
“Yo vengo de una familia que es bastante polifuncional y ambigua; son científicos y artistas, es una mezcla muy interesante, en las cenas familiares, se charla de todo, desde astronomía hasta guitarras. Yo crecí con eso y el arte fue lo que más me llamó la atención”, contó Santiago a Vía País.
Así fue como tuvo sus primeros contactos con la música desde muy chico, empezó a tocar instrumentos a los 8 años y, a los 14, su padre compró un piano por si alguno de sus hijos llegara a tener la curiosidad de tocarlo y para él fue “amor a primera vista”.
“Ahora ya no, pero quizás yo que soy de la generación del 90, estaba ese pensamiento de que si no estudiaba ciertas carreras, se me iba a complicar la vida, así que la primera carrera que opté por estudiar fue derecho, hice dos años, pero la dejé”, explicó sobre la elección de su carrera. Luego, buscó una que congeniara más con el arte y comenzó a estudiar publicidad.
Se involucró con la política, trabajó en el equipo comunicacional de Guillermo Montenegro, el intendente de Mar del Plata y le diseñó su jingle. En paralelo, tenía una banda de rock en Mar del Plata, aunque ya estaba considerando lanzarse como solista.
El rotundo cambio de rumbo del artista
Aunque se acercaban las elecciones en Mar del Plata, Smich sabía que quería cambiar de aire e irse a probar cosas nuevas en España. “En el medio, una amiga que estaba en Barcelona me dijo que me quería presentar una amiga de ella, yo la conocí por fotos y me inspiró a escribir una canción y fue la primera que lancé como solista y se empezó a escuchar bastante en Mar del Plata”, explicó.
Varias productoras le empezaron a decir que empezara como solista, mientras él seguía trabajando en la política y en Mercado Pago. Santiago comenzó a idealizar a la chica que había conocido por fotos: “Ella no sabía de mí, mi amiga me contaba, nos quería casar, me decía que éramos iguales”, explicó y dijo que eso fue un enorme plus para tomar la decisión final y decir “Es ahora o nunca”.
Además, recordó una charla con un compañero en el área de comunicación que le dijo: “Santi, vos estás loco, acabamos de ganar la plaza, somos oficialismo, y te vas a otro país”. A Smich no le importó y priorizó vivir una nueva experiencia en otro país, además, del plus sentimental que tenía por sus ansias de conocer a su musa inspiradora.
La más increíble historia: canciones a un amor no correspondido
“Si escuchas la mayoría de mis canciones como solista de esa época, de manera cronológica, hablan de la historia con esta chica, cuentas cosas que me pasaban a mi”, confesó el cantante. Además, dijo que una de esas canciones fue n° 1 en Colombia, así fue como se decidió a viajar. Si bien, él tenía planeado hacer un master de publicidad en Barcelona, conocer a la chica era su principal razón.
“Así nació mi proyecto como solista, casi sin querer queriendo”, explicó Smich. La primera canción surgió de un momento en el que había visto una foto de ella y le había quedado una melodía dando vueltas en la cabeza, se sentó en el piano y escribió toda la canción de un tirón. La llamó: “La canción que no escuché”, porque hacía referencia a alguien que no conocía aún.
Ella formaba parte de un grupo en común, al llegar a España, se conocieron en una reunión de amigos, quienes aún no sabían que las canciones hablaban de ella. “Cuando la conocí, lo que había dicho mi amiga, fue una profecía, éramos iguales y me sorprendió en muchas cosas más”, expresó,
Justo cuando llegó, lo sorprendió la pandemia, por lo que no pudo inscribirse en la universidad: “Pasé de tener un proyecto totalmente planificado, como conocer a la chica que quería, estudiar el master y hacer mi música, a una situación totalmente distinta”. Luego, un productor lo escuchó cantando en un bar y le ofreció un contrato, sacó la canción “Dopamina”, que hablaba de ella, y se hizo n°1 en la radio México.
“Nunca sucedió nada con ella, creo que se enteró de que las canciones hablaban de ella, pero nunca hablamos del tema y cada uno tomó sus rumbos. Pero lo que no se me dió, que era estar con ella y estudiar el master, me permitió dedicarme más de lleno a la música; todo eso terminó haciendo que yo me dedicara a la música, que es lo que yo quería hacer. Gran parte de lo que estoy viviendo se lo debo a ella”, contó.
“A veces la vida te lleva por distintos lados; uno quiere algo y sale otra cosa, pero está bien que así sea, lo importante es arriesgarse y jugársela. Si no es ahora, ¿cuándo?”, sentenció Smich, al contar cómo la vida le fue haciendo vivir distintas experiencias.
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