Reforma educativa en los secundarios: por qué los docentes la consideran perjudicial para sus puestos de trabajo

Pese a que la medida fue postergada, la preocupación está latente. Cómo podría afectar a los alumnos y por qué se habla de que la obligatoriedad del secundario “corre peligro”.

Reforma educativa en los secundarios: por qué los docentes la consideran perjudicial para sus puestos de trabajo
Preocupa la postergada reforma educativa (amiro Pereyra / La Voz)

El sistema educativo está en crisis desde hace años. Pero en los últimos tiempos, la pandemia dejó al desnudo una realidad que preocupa cada vez más: hubo una gran cantidad de alumnos que desertó. Por otro lado, como durante un tiempo se suspendió la repitencia hubo quienes pasaron de año aún sin contar con las herramientas suficientes. Ahora, el Gobierno bonaerense busca, de alguna manera, retomar aquella medida con una determinación polémica.

Según las cifras que manejan desde el Gobierno de Axel Kicillof, en promedio, repiten 140.000 estudiantes por año. Es por ello, dicen, que urge una reforma educativa en los secundarios. Así, se planteó que se permita a los alumnos pasar de año adeudando hasta 16 materias.

Los docentes temen por sus puestos de trabajo. Foto: Orlando Pelichotti
Los docentes temen por sus puestos de trabajo. Foto: Orlando Pelichotti

La propuesta cuenta con el aval de los distintos bloques, pero el descontento de la comunidad docente pareciera haber logrado que este jueves se diera una postergación de la medida. Fue Alberto Sileoni, director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, quien se encargó de aclarar este jueves: “Nada de lo que ocurre hoy (en las escuelas) se va a modificar a partir del 1° de marzo”.

Sin embargo, desde los sectores docentes advierten que esta postergación es para “calmar las aguas” pero problalemente la reforma se retome en el segundo cuatrimestre.

Qué opinan los docentes de la reforma

Gabriela Capurro, delegada docente en Lanús y miembro del Centro de Estudiantes del ISFD y T N°103 de Villa Fiorito, explica que la aprobación de áreas mediante el agrupamiento de materias a la larga terminará con despidos de profesionales.

“Con el agrupamiento de materias (ejemplo: Historia, Geografía y Ciudadanía pueden estar en uno) habría hasta cuatro o más docentes por área. El alumno aprueba dos o tres materias y aprueba todo el agrupamiento, sin importar las otras”, explica.

Y agrega: “A la larga, no van a dejar cuatro o más docentes por grupo. Se vienen despidos. Y los primeros en perder serán los suplentes y los provisionales, quizás zafen los titulares”.

En cuanto a cómo será el manejo con los alumnos, dijo: “No se computarán las inasistencias. Es decir, no importa que asistan a clases. Con que rindan trabajos del agrupamiento, en la mayoría de las materias, suficiente. Esto indica que los cuatro docentes del área se van a mirar las caras todo el año. Y a fin de año aprobando a mansalva”.

La repitencia y deserción preocupa en los colegios bonaerenses. Foto: Orlando Pelichotti
La repitencia y deserción preocupa en los colegios bonaerenses. Foto: Orlando Pelichotti

Consultada acerca de cuál sería la solución o un principio de ella para bajar el nivel de repitencia, indicó: “Hay que reordenar todo. Ser claros con qué modelo de país queremos. Dar más presupuesto para crear áreas de mayor entretenimiento. Por ejemplo: el laboratorio, que ya no existe, o las viejas salas de computación”.

Por otro lado advirtió que “más que el nivel de repitencia, indigna el abandono total a las escuelas y docentes”. “Sin escuelas nuevas, no hay más horas. Y la mayoría de los profesores se ve obligado a tomar horas en programas precarios cómo Fines o ATR, que están fuera del estatuto docente, no brinda licencias y paga menores sueldos”. Para Capurro, el fin último es “desaparecer la secundaria para potenciar los programas precarios” que le cuestan menos al Gobierno.

Por último, habló sobre el escenario con el que los alumnos se encontrarían al salir de un secundario laxo e ingresar a una carrera terciaria o a la universidad: “No saben nada. No entran. Los excluye de la formación profesional”. “Así obtienen un ejército de desocupados y desocupadas que agarra cualquier cosa que le ofrecen para poder comer”, concluyó.