Comenzó el juicio a los nueve policías que están acusados de haber participado en la violación de al menos 28 mujeres detenidas en una comisaría de La Tablada entre septiembre de 2019 y enero de 2020. El proceso se definirá por un jurado popular que deberá decidir la acusación contra los imputados.
El debate arrancó desde las 8.30 de este lunes en la sede de la Unión Industrial local, ubicada en la calle Juan Florio entre Mármol y la avenida Illia, en San Justo, con la selección de los doce jurados para luego continuar con la declaración de los testigos durante toda la semana.
Fuentes judiciales informaron que el debate será dirigido por el juez Gerardo Gayol del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 y el encargado de llevar adelante la acusación será el fiscal Jorge Yametti, mientras que las víctimas estarán representadas por el equipo de litigios de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM).
El principal acusado es el subcomisario Lionel Gómez, quien estaba a cargo de la comisaría 3ra. de La Tablada cuando se produjeron los hechos y fue imputado como “coautor” de los delitos de “severidades, vejaciones y abuso sexual con acceso carnal agravado por ser cometido por funcionario de la fuerza policial reiterado -ocho hechos-, todos ellos en concurso real entre sí”.
“Esto es una causa armada que tiene todo un trasfondo detrás que se va a dilucidar en el debate. No tengo dudas de que el jurado lo va a absolver porque no tiene nada que ver con el hecho que se le imputa”, dijo el abogado Miguel Racanelli, representante del subinspector González.
Otros dos subinspectores, Javier González y Ángel Reales, fueron acusados como “coautores” de las “severidades " y “partícipes secundarios” de las “vejaciones” y de los ocho casos de “abuso sexual agravado”. En tanto, a la oficial subayudante Maida Celeste la imputaron como “coautora” de las “vejaciones” en concurso real con los abusos sexuales.
El oficial inspector Cristian Aliaga está acusado de ser “partícipe secundario” de “vejaciones” en concurso real con las violaciones. Mientras que el comisario Leandro Maidan, el oficial Ariel Pasquale, la oficial Silvina Suárez y la sargento Johana Romero del Grupo Apoyo Departamental (GAD) serán juzgados como coautores de “vejaciones agravadas”.
De los nueve efectivos, sólo el subcomisario Gómez, el oficial inspector Aliaga y el subinspector González llegan al juicio detenidos, mientras que el resto cumplen prisión domiciliaria con monitoreo electrónico.
En el procesamiento con prisión preventiva de los policías, la jueza de Garantías 1 de La Matanza, Mari Castillo, compartió “lo sostenido por la fiscalía en cuanto a que resultan mas que notorias las consecuencias nefastas y traumáticas que los hechos denunciados provocaron en ellas”.
De acuerdo a los voceros, cuatro de los acusados se encontraban en funciones al momento de ser detenidos el 13 de mayo de 2020 y los restantes ya habían sido desafectados en enero de ese año, cuando la CPM y la Defensoría General de La Matanza denunciaron los hechos y el Ministerio de Seguridad bonaerense dispuso la intervención de la seccional.
Cómo fue el caso de los policías que abusaron de las detenidas
Según la investigación de la Ayudantía Fiscal especializada en delitos de Gravedad Institucional, a cargo de Fernando López y María Julia Panzoni, los abusos fueron cometidos entre septiembre de 2019 y enero de 2020, en la seccional 3era. de La Matanza, con jurisdicción en La Tablada.
En ese sentido, la denuncia de la Comisión Provincial por la Memoria apunta a que las mujeres alojadas en la comisaría ubicada en Alberti 702, en la zona de La Tablada, fueron sometidas a “requisas vejatorias, que contituyen abuso sexual y que fueron provocadas por agentes policiales mujeres y varones del Grupo de Apoyo Departamental”.
La denuncia señaló que “durante el primer hecho se alojaban catorce detenidas en el lugar, durante el segundo quince, y cuatro de ellas estuvieron presentes en ambos”.
La CPM añadió que “a los dos episodios de abuso sexual sobre varias mujeres, en el marco de requisas vejatorias constitutivas de torturas, se suman el aislamiento extremo y la imposibilidad de comunicarse con el mundo exterior que les provocaba desubicación temporal, cuadros depresivos y de angustia”, en tanto que “las golpizas eran recurrentes así como las amenazas y humillaciones por cuestiones de género”.
Con información de Télam.