Martín del Río, acusado de haber cometido el doble crimen de sus padres en la localidad de Vicente López, provincia de Buenos Aires, complica aún más su situación: aparecieron un juego de llaves y el control de la cochera donde se efectuaron los asesinatos, que lo incriminan más.
Del Río había declarado que se los habían robado, pero la Justicia los encontró debajo de la rueda de auxilio de su camioneta.
Con estas pruebas, el hijo menor del matrimonio de María Mercedes Alonso y José Enrique del Río, vería más complicada su situación judicial.
Las pruebas fueron halladas en un hueco debajo de la rueda de auxilio de la camioneta que posee el presunto parricida. Del Río había declarado que el supuesto ladrón y asesino de sus padres le había robado estos objetos.
Frente a la aparición de las llaves y el control de la cochera, el acusado no supo qué responder. Pero a posteriori remarcó que el control encontrado no abre el portón, sino otro y que no pertenecía a la casa de Melo al 1100.
Sin embargo, la Justicia le demostró lo contrario, a lo que Del Río “se quedó sin palabras”, según detalló una fuente de la investigación.
Los fiscales de la causa, Martín Gómez, Marcela Semería y Alejandro Musso, pedirán prisión preventiva en los próximos días.
La declaración de Martín del Río
Durante su testimonio, Martín del Río acusó fuertemente a su hermano mayor: “A dos días de haberlos enterrado estaba haciendo un arqueo de caja para la posible sucesión. Claro está que, si me condenan en este juicio, pasaría a ser indigno y no entraría en la sucesión de mis padres”, enfatizó el acusado.
“Llevó un cuaderno para anotar cada movimiento, y al otro día vino con un plan para deshacer algunos negocios que mi padre había dejado funcionando porque, en sus cuentas, no podía tocar un peso durante los próximos cinco años. Yo le dije que había que terminar con todos los negocios”, sumó en su declaratoria.
También resaltó la mala relación que mantenía su hermano con el difunto padre: “Mi papá no lo había incluido en ningún tipo de poder, aunque él insistió en varias reuniones familiares porque, sinceramente, no le gustaban las críticas que recibía de él. Mi hermano lo criticaba siempre a mi padre, no eran compatibles en su forma de ser”.
También declaró qué fue lo que sucedió con su teléfono celular durante la tarde del 24 de agosto, el día del doble asesinato: “Entre las 17 y las 19, el teléfono se me tildó intentando entrar a Mercado libre. Se me trabó la huella”.