La guerra entre el yaguareté, el mayor felino de América, y los ganaderos de Andrestio y Montecarlo llegó a una tregua. O una solución exitosa. Porque los productores de Ruiz de Montoya, Aristóbulo del Valle y Garhuapé construyeron corrales "antiataques".
Los yaguaretés que transitan por el corredor verde de Misiones eran el terror de los corrales con ganado y hacienda criada en el sotobosque misionero. Ahora alrededor de los potreros vacunos hay cercos de bajo impacto eléctrico, alimentados por energía solar.
Ahora no se habla más de conflicto entre el animal y los ganaderos. El yaguareté requiere un espacio mínimo vital de 6.000 hectáreas. La selva es su hogar y camina mucho desde el Parque Nacional Iguazú al sur.
La experiencia fue monitoreada en las chacra de Jorge Barbian (300 hectáreas y 220 cabezas de ganado); de Héctor "Bayco" Brendler; y de Ernesto y Tomás Weidmann, padre e hijo, según informe de ArgentinaForestal que dirige
Andresito en el norte y Montecarlo en la Zona Centro ya tienen chacras demostrativas para evitar ataques de yaguaretés al ganado. Un maravilloso corredor verde permite que el yaguareté viaje entre los bloques norte y centro del Parque Provincial Urugua-í, la Biosfera Yabotí y el Cuña Pirú.
Si el yaguareté vive y camina por la selva, este es el certificado de buena conservación del mayor corredor biológico de la Selva Paranaense. Y lo tiene Misiones. Además una ley de Protección de Grandes Felinos, única en el país, compensa al productor que sufra una pérdida económica por ataques de yaguaretés.
Por eso el yaguareté recorre unos 200 kms desde Cataratas, pasando por Puerto Península, Parque Uruguaí, Reserva de Yabotí, hasta llegar al Parque Provincial Salto Encantado del Valle del Cuña Pirú.
Y, por supuesto, el felino se relame cuando ve ganado vacuno u ovino en chacras linderas a las áreas protegidas del Salto Encantado del Valle del Cuña Pirú.
Misiones es la primera provincia en certificar producción ganadera "amigable con la convivencia de grandes felinos". La idea fue de la ONG Red Yaguareté, en conjunto con los ministerios de Ecología y del Agro y Producción.
En los municipios Ruiz de Montoya, Aristóbulo del Valle y Garhuaphé se aplicó un programa ambiental exitoso sobre predios ganaderos, linderos con el Parque Provincial Salto Encantado del Valle del Cuña Pirú.
Se logró así erradicar un pleito que antes el ganadero dirimía a balazos con su "enemigo" el yaguareté, en peligro de extinción. En Ruiz de Montoya se demostró que la convivencia es posible.
Con apoyo de la Fundación Red Yaguareté y el gobierno de Misiones, desde 2011, los productores instalaron corrales y alambrados con sistemas "anti-ataques". Primero en tres campos ganaderos vecinos al área natural y luego en Garhuapé y Ruiz de Montoya.
"Cero ataques de yaguareté" es el resultado de kilómetros de cercos y alambrados eléctricos de bajo impacto alrededor de los potreros, alimentados por paneles solares. "Los protagonistas son los productores que entendieron que juntos se puede conservar al felino sin daños a sus animales", coincidieron Nicolás Lodeiro Ocampo, presidente de la Red Yaguareté y el ministro de Ecología, Juan Manuel Díaz.
Y conviven en paz, porque en el área natural de Salto Encantado registraron dos yaguaretés machos y un tercer ejemplar recientemente captado por la cámara trampa, aún sin identificar.
Misiones dio otro paso como "ecoprovincia" cuando la Fundación Red Yaguareté certificó al productor Héctor "Bayco" Brendler, el primero en Argentina, por su "Producción Ganadera Amigable con la Conservación de Grandes Felinos".
El yaguareté es considerado un estabilizador de ecosistemas, por ser un superdepredador que regula la población de las especies de su hábitat.
