A 60 kilómetros de las Cataratas del Iguazú, Brasil comenzó a llenar la represa de la Hidrelétrica Baixo Iguaçu (Hidroeléctrica Bajo Iguazú) que en marzo generará energía para un millón de brasileños. La presa fue construida a 500 metros del Parque Iguazú brasileño y a unos 30 kilómetros del parque argentino.
Es la sexta represa brasileña sobre el Iguazú y "el último gran aprovechamiento" de este río, prometió el presidente de Copel, Jonel Yurk, según el diario Paraná. En su momento, el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco señaló el riesgo ecológico de la obra, según recordó MisionesOnline.
Brasil aprovechó el cauce del bajo Iguazú, antes del último tramo de 100 kilómetros del río compartido con la Argentina. Aguas arriba de esta nueva hidroeléctrica ya funcionan Foz de Areia (1980), Salto Segredo (1992), Salto Santiago (1980), Salto Osorio (1975) y Salto Caxias (1999).
En sus 1300 kilómetros desde la Serra do Mar, cerca de Curitiba, hasta la Triple Frontera, unos 600 kilómetros son "embalses encadenados", según el ecologista Federico Soria. El último eslabón es este lago Baixo Iguaçu entre Capanema, fronteriza con Misiones, y Capitão Leônidas Marques, ambas en el estado de Paraná. Producirá 350 MW y los distribuirá con una línea de 60 kilómetros.
La usina fue construida por un consorcio integrado por Neoenergía –filial brasileña de la española Iberdrola- y por Copel, adjudicada por la Agencia Nacional de Energía Eléctrica de Brasil (Aneel).