Diputados: con ayuda de radicales, el Gobierno está cerca de sostener el veto a la movilidad jubilatoria

Tras una cumbre entre Milei y cinco diputados de la UCR, el oficialismo inclinó la cancha a su favor. La oposición no se resigna a dar el batacazo. Las alternativas sobre la mesa, en una sesión caliente.

Diputados: con ayuda de radicales, el Gobierno está cerca de sostener el veto a la movilidad jubilatoria
El presidente Javier Milei recibió en Casa Rosada a cinco diputados de la UCR que están a favor del veto a la ley jubilatoria

Con la ayuda de un grupo de radicales dispuestos a dar vuelta su voto, el Gobierno logró inclinar la cancha a su favor y quedó cerca de sostener el veto a la ley de movilidad jubilatoria en la Cámara de Diputados, aunque las negociaciones continuarán hasta último minuto y la oposición no pierde la esperanza de dar un batacazo. El resultado se verá este miércoles a partir de las 11, en una sesión caliente que promete marcar un antes y un después para la gestión de Javier Milei.

La oposición necesita reunir dos tercios de los votos para insistir con la ley y girarla al Senado. Son 172 votos, si todos los diputados están presentes. En los cálculos que circulaban en los pasillos del Congreso, ese número no estaba asegurado. Aunque tampoco La Libertad Avanza, con apoyo de sus socios del PRO y el MID, lograba garantizarse el tercio, que son 86 votos. La clave serán las ausencias que pueda haber de uno y otro lado.

Durante el fin de semana, el escenario se tornó favorable al oficialismo, a fuerza de presiones y promesas que bajaron desde Casa Rosada y gobernadores a pocos días de que Milei presente el Presupuesto 2025, la ley más esperada por las provincias. Pero este martes, el presidente se anotó un punto más al sellar el apoyo de un grupo de radicales que habían votado a favor de la ley y ahora lo harán en contra.

Se trata del cordobés Luis Picat, el tucumano Mariano Campero, el neuquino Pablo Cervi, el misionero Martín Arjol y el correntino Federico Tournier, quienes se reunieron con Milei y los ministros Patricia Bullrich (Seguridad) y Luis Petri (Defensa) y blanquearon su acompañamiento al veto. La decisión hizo crujir una vez más al bloque comandado por Rodrigo De Loredo, que no solo había impulsado el tratamiento de la ley sino que la avaló de manera unánime.

Campero fue el único que adelantó su posición a sus correligionarios hace una semana. “Permanentemente el Congreso intenta, por medio de Unión por la Patria y con temas muy nobles, como jubilaciones y universidades, modificar el equilibrio fiscal, lo que generaría inflación, y de esa manera el Gobierno tendría su primer golpe. Como tiene una debilidad parlamentaria, tenemos que ser muy responsables y razonables en el Parlamento”, argumentó el tucumano.

Por su parte, Picat (que no solo había votado a favor sino que firmó el dictamen del radicalismo) explicó a este medio: “Ahora, de repente, estamos con banderas que toma el kirchnerismo y yo creo que eso en materia fiscal pone en peligro la gobernabilidad”. Además, sostuvo: “Nuestra posición ya estaba hace rato asumida, de que íbamos a favor del veto”.

De Loredo consideró que la cumbre en Rosada fue “inoportuna” y les aconsejó a sus pares que no fueran. Aunque busca mostrar que el apoyo a la ley será mayoritario en su bloque, el cordobés quedó molesto. Además, sufrió una baja inesperada con la renuncia del entrerriano Pedro Galimberti, quien asumirá un cargo en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande. Otro voto menos.

Pero además, hay otros diputados del bloque que no fueron a la Rosada pero mantienen su postura bajo reserva. Algunos son la cordobesa Soledad Carrizo, los mendocinos Lisandro Nieri y Pamela Verasay, que responden al gobernador Alfredo Cornejo, y la santacruceña Roxana Reyes. Nieri está en lugar incómodo: fue miembro informante de la ley cuando se trató en Diputados.

El clima al interior de la UCR se caldeó aún más con un pronunciamiento de la Convención Nacional, que preside Gastón Manes (hermano de Facundo), donde se amenaza a los diputados que voten a favor del veto con evaluar su conducta en el Tribunal de Ética. El organismo le pidió a los radicales que “sean coherentes con la iniciativa que el partido había presentado”.

Qué alternativas se manejan en Diputados

Una de las opciones que seducen a De Loredo y otros radicales es la de la insistencia parcial. En otras palabras: ratificar la fórmula de movilidad (ajuste mensual por IPC, el mismo método establecido por DNU) y la recomposición del 8% de los haberes. Es el “plan B” que pusieron sobre la mesa ante la posibilidad de que se compliquen los dos tercios para la insistencia total.

No obstante, la idea pierde fuerza porque Unión por la Patria no se suma. Germán Martínez, jefe de la bancada más numerosa (99 miembros, clave para cualquier votación) no quiere plegarse a una estrategia que registra un solo antecedente en la historia. El peronismo/kirchnerismo, al igual que Milei, va a todo o nada.

En las negociaciones de última hora circuló una tercera alternativa, además de la insistencia parcial: aprobar, por mayoría simple, una moción para devolver la ley a comisiones y mantener vivo el tema en la agenda de cara al Presupuesto, que Milei presentará el domingo. Pero la idea tampoco convence a Unión por la Patria.

En Encuentro Federal, el bloque presidido por Miguel Pichetto donde habita el oficialismo cordobés, hay voces divididas sobre la insistencia parcial y la vuelta a comisiones. Trabajan para forzar ausencias de diputados que tengan previsto votar en contra y, sobre todo, apuestan a que la presión social marque el pulso de la jornada y logre torcer voluntades. Incluso de los radicales más rebeldes.

Para los dos tercios también serán clave las fuerzas provinciales. El gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, aportará el voto de su único diputado, Osvaldo Llancafilo. Pero hay incertidumbre sobre Alberto Werretilneck (Río Negro), Gustavo Sáenz (Salta) y Hugo Passalacqua (Misiones). Esos tres mandatarios tienen ocho diputados dentro del bloque Innovación Federal, que habían acompañado la ley pero ahora podrían ausentarse, lo que favorecería al Gobierno.