La salida de Matías Kulfas del Ministerio de Desarrollo Productivo por sus dichos respecto de los “supuestos privilegios” que el ala kirchnerista, con Cristina Kirchner a la cabeza, le da a ciertas empresas a la hora de licitar obras agitó, aun más, la interna oficilista. Pero ¿cómo es la obra de ingeniería de la discordia?
En abril último, el presidente Alberto Fernández realizó el lanzamiento de la construcción del gasoducto troncal desde el yacimiento de gas no convencional de Vaca Muerta, en el sudoeste argentino. Esta obra tiene como objetivo ampliar la capacidad de transporte del combustible para autoabastecimiento y exportación.
La zona de Vaca Muerta es explotada por la petrolera estatal YPF en asociación con la estadounidense Chevron. Se extiende sobre 30.000 km cuadrados en la Patagonia argentina y es considerada la segunda reserva más importante del mundo de gas ‘shale’ y la cuarta en petróleo de esquisto. Su explotación, con el método de fracturación hidráulica, es más costosa que la de los hidrocarburos convencionales.
Según Fernández el gasoducto Néstor Kirchner será “la obra de transporte de gas natural más importante en los últimos 40 años”.
La licitación de la obra, cuya primera etapa costará unos 1.500 millones de dólares y su finalización se prevé en 2024, se lanzó en mayo, se adjudicará en julio y se inciará en agosto, de acuerdo a los plazos previstos. El primer tramo se extenderá sobre 558 kilómetros, entre Tratayén (en la Provincia del Neuquén) con Salliqueló (provincia de Buenos Aires) y permitirá aumentar el suministro de gas en 22 millones de metros cúbicos por día.
Luego, la segunda etapa llevará el gas natural hasta San Jerónimo (400 km al norte de Buenos Aires) y sumará otros 17 millones de metros cúbicos diarios. “Esto permitirá abastecer a centros urbanos e industrias del centro y norte del país y dará la oportunidad de exportar a Brasil y Chile”, afirmaron.
A qué se apunta con el gasoducto
“El primer objetivo del gasoducto es sustituir importaciones, sustituir todo el GNL (gas natural licuado), y el segundo es generar saldos exportables”, destacó el secretario de Energía, Darío Martínez.
Cabe mencionar que Argentina tiene una creciente producción de gas natural gracias al desarrollo de su formación de hidrocarburos de esquisto de Vaca Muerta pero es aún insuficiente para autoabastecerse y debe importar gas de Bolivia (en 2021 12 millones de metros cúbicos diarios) y GNL. El año pasado, YPF aumentó 100% su producción de gas no convencional al pasar de 9 a 18 millones de metros cúbicos.
“Hoy hay una coyuntura geopolítica que hace posible que Argentina acelere el desarrollo del sector energético. Enfrentamos una oportunidad que requiere de aumentar la capacidad de infraestructura, como es este gasoducto, y de aumentar la inversión de escala”, señaló al momento de la presentación de la obra el ministro de Economía, Martín Guzmán.