Este lunes se concretó la sexta jornada del juicio a los rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa con testimonios que fueron clave para empezar a identificar qué rol tomó cada uno de los acusados en el violento ataque que tuvo lugar en la puerta del boliche Le Brique, en la ciudad de Villa Gesell allá por enero de 2020.
Este lunes fueron diez los testigos citados a declarar ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores durante la primera jornada de la segunda semana del juicio por el crimen de Báez Sosa (18). No todos llegaron a prestar declaración y las audiencias continuarán este martes.
Si bien en un primer momento estaba programado que durante esta semana declaren más de 50 testigos, muchos de ellos no fueron notificados finalmente por las partes, por lo que se prevé que el número sea menor al pautado inicialmente.
La gran novedad de este lunes fue que se tomaron las primeras imágenes de los rugbiers que asesinaron a Báez Sosa sin barbijo desde que comenzó el juicio. Ocupando posiciones similares, los hermanos Pertossi junto con Matías Benicelli y Ayrton Viollaz, estaban en la primera fila.
Detrás de ellos, se encontraba Máximo Thomsen, quien es uno de los más complicados de acuerdo a las declaraciones de los primeros testigos que hablaron en el inicio del juicio.
Qué dijeron la médica y el forense
Una de las primeras en declarar fue la médica que atendió a Fernando en el lugar del ataque, Carolina Garibaldi Larrosa. “No conozco que haya habido decesos en una maniobra de reanimación, es muy segura. La única lesión que suele ocurrir en esos casos puede ser una lesión costal y ocurre en ancianos”, señaló la doctora descartando una de las hipótesis de la defensa.
“El protocolo indica que debe intentarse reanimar, con las maniobras básicas, unos 40 minutos. Pero, en las tareas de reanimación no hubo ninguna respuesta por parte del paciente”, sostuvo. En ese marco, señaló que Fernando “tenía lesiones en el rostro y en el cuello”.
Más tarde fue el turno de Diego Duarte, el médico que realizó la autopsia, junto con otros peritos. “Trabajamos con un protocolo que cumplí. La autopsia se llevó a cabo en la morgue del hospital de Pinamar. Primero vi a la víctima en Villa Gesell. Yo tomé conocimiento del caso, supe que Fernando estaba en el hospital de Villa Gesell y como vivo en la esquina del hospital, crucé para ver cómo estaba”, contó Duarte.
Y continuó: “Hice un examen previo para tener la visualización de con qué me iba a encontrar en la autopsia. Fernando yacía en una cama, presentaba múltiples agresiones en la parte del rostro. Pedí que se le realice una tomografía computada para ver un panorama general de lo que presentaba el cuerpo. El resultado tardó un rato en llegar. Yo lo vi y tenía una importante hemorragia por dentro del cráneo. Además, tomé imágenes con mi celular particular para tener una aproximación de las características de las lesiones que aún conservo en mi teléfono”, señaló.
Cabe destacar que al momento de la declaración del forense, los padres de Báez se retiraron del recien. “Por lo visto en el cuerpo, las marcas que presentaba, las lesiones externas, coinciden con los mecanismos de alta energía que provocan muerte instantánea en el paciente”, detalló Duarte.
La palabra de otros testigos
También declaró el policía bonaerense Ramón Rueda, quien identificó a un testigo que vio al rugbier Máximo Thomsen realizar una señas agresivas cuando aún estaba adentro del boliche “Le Brique”, instantes antes del ataque a Fernando en la vía pública.
Él fue quien desgrabó el video del interior del boliche. “Muestra a un patovica forcejeando del cuello con un masculino, que con el dedo señala a un muchacho y hace una seña con el índice por debajo del cuello y el mentón”, explicó. En síntesis, Thomsen marcó a alguien que el testigo no pudo identificar con precisión.
En tanto, el policía Javier Collova declaró: “Visualicé registros fílmicos por orden de la doctora (Verónica) Zamboni”. Uno de los videos a los que hace referencia estaba grabado con un celular justo frente al boliche Le Brique. “Se veía a la víctima en el suelo y a los imputados golpeándolo”, dijo. También dijo haber visto material de una “pelea en la calle” y otro en el que uno de los imputados estaba en una casa de comidas rápidas. “Creo que lo aportó el gerente del lugar y que tenía un desfasaje de horario. Figuraba como que eran las 17, pero eran las 5″, señaló.
Para la mamá de Fernando Báez Sosa, los rugbiers “no sienten culpabilidad”
Graciela Sosa Osorio, la madre de Fernando Báez Sosa, fue tajante al referirse a los ocho rugbiers acusados de asesinar a su hijo a golpes: “Yo como madre creo que no sienten culpabilidad. Pareciera que están en su mundo. Uno los mira y no lo puede creer porque son chicos de la edad de Fer que tendrían que estar disfrutando con sus familias”.
Lo mismo ocurre con los padres de los imputados, a quienes también Graciela les mandó un mensaje contundente: que no se le acerquen. “Como yo no los conozco a ellos, espero que no se me acerquen porque por ahí se me acercan y me dan un abrazo sin saberlo. A esta altura yo ya no espero nada. Estoy tranquila y cuanto más lejos, mucho mejor”, dijo.
“Ya estaría en tercer año de abogacía, ya estaría trabajando y siendo feliz con nosotros. El día a día es muy difícil porque sentimos que tenemos esa necesidad de estar con Fer abrazándolo, compartir un domingo de familia. No tuvimos más Navidad, Año Nuevo, Día de la Madre, Día del Padre, nada”, remarcó Graciela.