Los jueces del Tribunal Oral Federal en lo Criminal N° 6 condenaron este miércoles a Fernando Sabag Montiel a 10 años de prisión y a Brenda Uliarte a 8 años por el intento de asesinato de Cristina Kirchner, ocurrido en septiembre de 2022.
Nicolás Carrizo, acusado de integrar la llamada “banda de los copitos”, fue absuelto.
Penas adicionales
Además, el tribunal le sumó cuatro años de prisión a Sabag Montiel por el delito de “tenencia y distribución de material de explotación sexual infantil”.
En tanto, Uliarte recibió una ampliación de dos meses de prisión por haber usado una credencial de discapacidad falsa.
Sabag Montiel fue hallado responsable del delito de “homicidio agravado por el empleo de arma de fuego, en concurso real con el empleo de arma de guerra”.
Por su parte, Gabriel Carrizo, que llegó detenido al debate acusado de ser el jefe de la “banda de los copitos”, fue finalmente absuelto.
“Es una causa armada”
Antes de escuchar el veredicto, Fernando Sabag Montiel hizo uso de sus últimas palabras y aseguró:
“Toda esta causa estuvo armada y eso se sabe. Plantaron un arma y (Nicolás) Carrizo quiere cambiar de defensor, cuando fue Gastón Marano, abogado de Carrizo, el que plantó el arma”.
El principal acusado consideró que el proceso en su contra “es una estrategia que viene usando Cristina Kirchner, igual que pasó con (el fiscal Alberto) Nisman. Usaron a una persona del entorno, como (Diego) Lagomarsino, y armaron una escena”.
La jueza Sabrina Namer interrumpió su exposición para pedirle que se centrara en los hechos que se le imputan.
La defensa del ciudadano brasileño que intentó gatillar el arma aquel 1° de septiembre de 2022 había pedido que su asistido fuera declarado inimputable, al igual que los abogados de Uliarte, quien prefirió no hablar.
La absolución de Carrizo
En cuanto a Nicolás Gabriel Carrizo, conocido como el “jefe de los copitos”, la fiscalía había levantado los cargos en su contra y este miércoles escuchó la lectura de su absolución.
“Estuve tres años detenido. Me parece injusto que vaya gente presa y esperar tanto tiempo para llegar a un juicio para ver si se puede ir en libertad. Siento esa impotencia por dentro. Nadie me va a devolver estos tres años. Me gustaría que no le pasara a nadie más”, dijo Carrizo ante el tribunal.