A cuatro años de que se inició la batalla legal entre Julieta Prandi y Claudio Contardi, su exmarido, se conoció el informe psiquiátrico realizado a la modelo, el cual fue realizado por Rafael Herrera Milano.
El informe asegura que la modelo tiene “acentuados síntomas de angustia, ansiedad y labilidad emocional” y que además destaca “sentir culpa por no haber podido proteger a sus hijos del padecimiento que les generó su padre biológico”.
Además, el análisis realizado por Herrera Milano señala que la modelo tiene “recuerdos traumáticos que no puede sacar de su cabeza y que le ‘aparecen de manera incontrolable’ de violencia física, psíquica y sexual padecida en numerosas oportunidades a expensas de ser ‘manipulada y forzada’ por su exmarido”.
Asimismo, la conclusión a la que se llegó con la pericia fue que hay “elementos suficientes para dar cuenta de la presunta comisión del delito de abuso sexual con acceso carnal cometido en reiteradas oportunidades”.
Cuándo será la indagatoria a Claudio Contardi, la expareja de Julieta Prandi
Claudio Contardi tendrá que presentarse el próximo lunes 17 a indagatoria por la causa de abuso sexual y violencia. Prandi estuvo con Contardi durante casi una década, desde 2011 hasta 2019.
El duro relato de Julieta Prandi
En marzo de 2021, Julieta Prandi reveló un duro relato sobre la situación que vivió con Claudio Contardi y sus hijos: “Hay cosas que pasaron en esa casa que no voy a contar por la integridad de mis hijos. Mateo no quiere verlo, le tiene miedo. Ya tuvo una crisis nerviosa en el colegio cuando yo me enteré de que el juez no había suspendido el régimen de visitas y no me concedían la perimetral que pedí. Él le decía a la directora de la escuela: ‘No me quiero ir con mi papá’”, explicó Julieta Prandi.
Más específicamente sobre la situación de sus hijos con Contardi, la modelo contó: “Yo me fui en febrero de 2019, pasaron ocho o nueve meses hasta que Mateo habla. Ahí me entero de que desde que yo me había ido y él había metido en mi casa a una mujer, Cinthia, que es su pareja, pero que mis hijos tenían que decirme que era la niñera. Esa mujer a su vez tiene una hija de 12 o 13 años, que dormía con mi hijo en la misma cama, y a Rocco, el más chiquito, lo metían en la cama matrimonial entre él y su novia. Cuando hablaban por teléfono no podían decirme lo que estaba sucediendo y, por supuesto, el padre digitaba lo que tenían que decir. En la casa, tenían que referirse a mí como ´la putita´”.