María Mercedes Lojo, coordinadora del Banco Provincial de Datos Genéticos de la asesoría pericial bonaerense, declaró este miércoles en una nueva jornada del juicio por el crimen de María Marta García Belsunce. Lojo estuvo a cargo de los análisis de las muestras de ADN del caso y, en esta oportunidad, fue presentada por Nicolás Pachelo para su defensa.
Lojo calificó de “inédito” todo lo que ocurrió con los peritajes, comenzando porque nunca se supo a quiénes pertenecía ese ADN, que no coincidieron ni con el perfil de Carlos Carrascosa ni Pachelo: los dos únicos sospechosos del asesinato que hubo desde 2003.
En este tercer juicio, la defensa de Pachelo solicitó su testimonio a fin de que ratificara que aquel ADN levantado en la escena del crimen no era el del principal acusado. Incluso, sumaron dos videos en los que la defensa de Carrascosa señalaba a los dueños de ese ADN como los responsables del asesinato.
“La escena del crimen cuenta la historia. Uno puede analizar circunstancias alrededor de eso. El cuerpo cuenta la historia. Por eso es tan importante preservar la escena del crimen y acá se limpió, circuló gente, hubo un velorio. La huella dactilar no sabemos si está vinculada al hecho. No sabemos si las manchas están vinculadas con el hecho. No lo sabemos, eso es parte de la investigación”, dijo Lojo, quien brindó su declaración por videollamada.
Qué pasó con las manchas de sangre en la casa de María Marta
Las muestras de sangre, que pertenecen a un hombre y una mujer, fueron tomadas de la antesala y del baño de la casa en donde mataron a María Marta. “Recuperamos perfil genético humano y detectamos esos perfiles genéticos, si son anteriores o posteriores al hecho no se lo puedo decir”, subrayó.
“Este caso para mí fue inédito porque nunca tuve que esperar tanto tiempo para hacer las comparaciones siendo que teníamos los perfiles. Todo apuntaba a que las muestras no se tomaran (a la familia Belsunce-Hurtig y a Carlos Carrascosa) porque no estaban dadas las garantías”, comentó.
Y detalló: “Los peritos supervisaron todo permanentemente. Nos dieron como exigencia que se analizaran 76 muestras que se levantaron con posterioridad al primer relevamiento. No sé ni qué es lo que levantaron. Nosotros entre febrero y marzo de 2003 ya estábamos en condiciones de realizar el cotejo y recién en diciembre de 2003 se prestaron a dar las muestras, a excepción de Carrascosa”, repasó la experta forense.
Para comparar las muestras se le extrajo sangre a Inés Dávalos, Nicolás Pachelo y a los exvigiladores imputados por el homicidio, Norberto Glennon y José Ortiz. Todos fueron negativos.
Luego del testimonio, el fiscal Patricio Ferrari dijo: “Con esto, ya se derribó otro mito: por la escasa relevancia que tiene el ADN. Hasta Pachelo la reconoce”. La última afirmación refiere a una escucha presentada como evidencia, en la que Pachelo le quita importancia a las muestras: “[...] Esa sangre que hay ahí no sé de quién carajo va a ser. Va a ser de alguien que se la pusieron: o yo o Belsunce o no sé quién carajo. O sangre del mismo Carrascosa, pero no porque su mujer lo haya herido cuando la estaban matando, porque el tipo se debe haber cortado afeitándose; o era la perra en celo”.
Quién fue el otro testigo de Nicolás Pachelo
Julián Fernández Calvo fue otro testigo que presentó Pachelo, un amigo de su familia, de cuando estaba casado con Inés Dávalos. Este recordó comidas y asados que compartió con el acusado entre 2007 y 2008.
Para el hombre, Pachelo era una persona “generosa” y “amigable”. Al mismo tiempo, comentó sobre la época en la que Pachelo vivió con Dávalos y sus tres hijos en China, adonde viajaron para realizar un tratamiento por la enfermedad de su hijo Cruz, que ahora tiene 22 años.
Los abogados defensores Raquel Pérez Iglesias y Fernando Rodríguez Jordan presentaron una lista de testigos para continuar con su estrategia. Por ejemplo, este viernes será el turno de dos periodistas que informaron en su momneto sobre la “vulnerabilidad” del perímetro del barrio privado de Pilar. También convocarán a vigiladores de Carmel.